lunes, 27 de abril de 2009



El presidente de Bolivia Evo Morales Aima, fue homenajeado esta mañana en la Universidad Nacional de La Plata.

De la mano de Gustavo Azpiazu, presidente de la Universidad, recibió por tercera vez el título de Doctor Honoris Causa. Del mismo modo, anteriormente le fue concedido por la Universidad de Panamá y la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Se acercaron a saludar a Evo comunidades y asociaciones bolivianas radicadas en nuestro país, como así también, en su gran mayoría, estudiantes de las distintas facultades de la ciudad.

El galardonado fue destacado por ser símbolo de la lucha en defensa de los pueblos latinoamericanos y por ser el primer presidente constitucional miembro de un pueblo originario de América.

Durante el acto el presidente recibió el Premio Rodolfo Walsh a la trayectoria y una placa en conmemoración del 75 aniversario de la Facultad de Periodismo, otorgado por Alejandro Verano actual Decano de la casa de estudios.

Cabe destacar, los cantos alabando a Evo  en la entrada de la Universidad. Como también los chiflidos hacia las autoridades -por parte de las diversas agrupaciones estudiantiles-.

La cuadra de 7 entre 47 y 48 se percibió colorida por los carteles de las diversas agrupaciones y movimientos de derechos humanos; y por las banderas bolivianas. La más destacada fue la bandera del Collasuyo, usada actualmente como símbolo étnico del pueblo aimara, que revestía las espaldas de algunos de los presentes.

Pinela Paula


sábado, 18 de abril de 2009

Boris Karloff y un primer plano terrible


En la columna “El cine que algunos ven” del día de la fecha tuve el placer y el honor de hablar de una leyenda del cine: Boris Karloff.
William Henry Pratt, tal su verdadero nombre, eligió la actuación en lugar de la diplomacia, que era tradicional en su familia y desde muy joven comenzó a desempeñar pequeños papeles en teatros, luego en películas de cine mudo – que incluye un trabajo en “El último mohicano” de 1920 – hasta su trampolín al estrellato con “Frankenstein”, en 1931.
Desde allí en adelante no cesó nunca de trabajar y lo hizo tanto en cine, como en teatro, televisión y hasta radio.
No intento escribir una biografía ni enumerar sus muchos trabajos. Pero sí quiero con este comentario que vean una imagen de su rostro en la película “La momia” de 1932 en la que le tocó interpretar al terrible Imhotep.
Es un primer plano excelente que, en esa época, causó un terror más que intenso ya que a la siniestra expresión que adoptó Boris, se suma el maquillaje que lograba una piel arrugadísima y una luz estratégicamente orientada hacia sus ojos, todo lo cual terminó en lo que aquí podemos ver.
Aún así, el fotograma solo demuestra un mínimo porcentaje si lo comparamos con la escena original. Invito a todos a ver “La momia” o, en su caso, a volverla a ver.
Edgardo Salatino