sábado, 11 de diciembre de 2010

La lista de prohibiciones en Z




En estos tiempos en que la intolerancia y las prohibiciones ilegítimas toman nuevos bríos, recordé el maravilloso y terrible final de la película Z, dirigida por Costa-Gavras y protagonizada por Yves Montand, Jean Louis Trintignant e Irene Papas, entre otros, film del que aquí vemos un fotograma y un afiche. Luego de que la Junta Militar sale airosa, se dictan una serie de prohibiciones que incluyen personas, tal como varios personajes de la película, incluido el periodista que va leyendo justamente las prohibiciones, hasta el momento en que al ser él prohibido, es reemplazado en el mismo instante. Se prohíbe: los movimientos pacifistas, el derecho a huega, los sindicatos, el pelo largo en los hombres, las minifaldas, los Beatles, la música popular (Theodorakis), la música moderna, el quién es quién, las matemáticas modernas, Eurípides, Sófocles, León Tolstoi, Esquilo, Aristófanes, escribir que Sócrates era homosexual, Eugene Ionesco, Sartre, Anton Chejov, Mark Twain (particularmente), Samuel Beckett, la sociología, Aragon, Trotsky, las enciclopedias internacionales, la libertad de prensa, Albee, Harold Pinter, aprender ruso, aprender búlgaro, la sociología, Dostoievsky, Gorki, y la LETRA Z, que en griego clásico, ζει o zei quiere decir "está vivo".
E.S.

domingo, 17 de octubre de 2010

Dos poemas de Nicolás Guillén



NO SE POR QUÉ PIENSAS TÚ


No sé por qué piensas tú,

soldado, que te odio yo,

si somos la misma cosa

yo,

tú.


Tú eres pobre, lo soy yo;

soy de abajo, lo eres tú;

¿de dónde has sacado tú,

soldado, que te odio yo?

Me duele que a veces tú

te olvides de quién soy yo;

caramba, si yo soy tú,

lo mismo que tú eres yo.


Pero no por eso yo

he de malquererte, tú;

si somos la misma cosa,

yo,

tú,

no sé por qué piensas tú,

soldado, que te odio yo.

Ya nos veremos yo y tú,

juntos en la misma calle,

hombro con hombro, tú y yo,

sin odios ni yo ni tú,

pero sabiendo tú y yo,

a dónde vamos yo y tú

¡no sé por qué piensas tú,

soldado, que te odio yo!



SOLDADO ASÍ NO HE DE SER


Soldado no quiero ser,

que así no habrán de mandarme

a herir al niño y al negro,

y al infeliz que no tiene

qué comer.

Soldado así no he de ser.


¡Mira al caballo en dos patas,

y al soldado encima dél,

con ojos llenos de furia,

con boca llena de hiel,

y el machetón, que lo mismo

mata viejo que mujer!

Soldado así no he de ser.


¡Ah de los trenes de tropas,

fríos al amanecer,

en duros rieles de sangre

corriendo a todo correr

para aplastar una huelga

o estrangular un batey!

Soldado así no he de ser.

¡Ah de los ojos con vendas,

porque vendados no ven!

¡Ah de las manos atadas

y la cadena en los pies!

¡Ah de los tristes soldados

esclavos del coronel!

Soldado así no he de ser.


Si a mí me dieran un rifle

les diría a mis hermanos

para qué sirve.

A mis hermanos soldados

para qué sirve.

Pero a mí no me lo dan,

porque sé para qué sirve,

por eso no me lo dan.

Ni a ti te lo dan, ni a ti,

ni a ti, ni a ti... ¡Qué soldados

íbamos a ser nosotros

en caballos desbocados!


Soldado así quiero ser.

El que no cuida el central,

que no es dél,

ni reina, como un rey tosco

de cuartel,

ni sobre el campo de caña

tiras arranca de piel,

feroz igual que un negrero,

y aún más cruel.


Soldado libre, soldado

no más que al esclavo fiel:

Soldado así quiero ser.
NICOLÁS GUILLÉN

jueves, 2 de septiembre de 2010

Guerra balcánica. Por Bertolt Brecht

Bertolt Brecht

Un hombre viejo y enfermo iba andando por el campo, cuando cuatro granujas lo asaltaron y lo despojaron de sus bienes. El anciano prosiguió tristemente su camino. Pero al llegar al primer cruce de carreteras vio con sorpresa que tres de los ladrones atacaban al cuarto para quitarle el producto de su robo. En la lucha, el botín cayó al suelo. Lleno de alegría, el anciano lo recogió y se alejó de prisa. Pero en la próxima ciudad fue detenido y llevado ante el juez. Allí estaban los cuatro granujas, ahora otra vez en armonía, y lo acusaban.
La decisión del juez fue la siguiente:
El anciano debía entregar a los ladrones los bienes que acababa de recuperar. Porque de no ser así - dijo aquel sabio y justo magistrado - los cuatro bribones podrían quebrantar la paz de la comarca.

lunes, 26 de julio de 2010

El hacedor de universos



"Cuando Robert Wolff descubre el extraño cuerno, un soplo le franquea un universo alucinante, una conjunción de mundos" Así rezaba el comentario del libro "El hacedor de universos"(foto) de Philip José Farmer (foto), el número 6 de la colección Nebulae que editaba Sudamericana. Autores como Isaac Asimov, Arthur Clarke, Robert Silverberg o Brian Aldiss tuvieron destacado lugar en esta colección cuya lectura deleitó a tantas personas.
Y Farmer fue uno de los tantos autores. Este escritor estadounidense nacido en 1918 fallecido en febrero del año pasado, fue autor de muchas novelas y relatos breves de ciencia ficción y literatura fantástica. Su obra más famosa fue "El mundo del río" que constaba de cinco libros y uno más de relatos breves y llegó a tener una adaptación en el cine. En muchas de sus narraciones aparecen personajes reales (Richard Francis Burton, Mark Twain, Cyrano de Bergerac, Mussolini y hasta el mismo Cristo, entre otros) o ficticios de creación anterior (Tarzán, Doc Savage) más allá de los de su propia imaginación. Y es tema habitual la existencia de universos paralelos. De eso se trata, por supuesto, "El hacedor de universos". El protagonista, Wolff, es un hombre de sesenta y seis años que se ve transportado a otro universo donde habitan seres humanos, criaturas inimaginables o humanos transformados. El recuperará su juventud y fuerza y allí habrá de develar que su presencia en el lugar no es casualidad. Tomará contacto con varias personas (Kickaha, Criseya, Vannax), monstruosas criaturas (los gworl, los medio-caballos) híbridos (Podarga y sus águilas), luchará y correrá graves peligros, hasta encontrarse con el señor de ese universo. Poco antes del final él conocerá su pasado, su pasada vida en ese mundo y la respuesta a otros interrogantes que se irán planteando a lo largo de la obra.
Edgardo Salatino

martes, 1 de junio de 2010

Bela Lugosi

Muy bien. Aquí vamos con alguien que - como muchos otros - no necesita presentación.
En las dos fotos que siguen abajo, en el papel que lo hizo mundialmente famoso: Drácula.



Aquí en la película "The white zombie" de 1932, en la que encarnaba al hechicero que transformaba a las personas en muertos vivos. Podemos considerarla como el primer film de zombies. Convertida en un clásico y de difícil hallazgo durante mucho tiempo.

Aquí podemos observarlo interpretando a un científico que realiza experimentos y se convierte en un hombre mono (The ape man, 1943)

Bela en el papel de Igor, el ayudante deforme y malvado de Frankenstein. Lo interpretó en “Son of Frankenstein”, en 1939 y tres años después en “The ghost of Frankenstein”.

Pero no solo interpretó a Igor, sino que el papel que originariamente rechazara y luego tomara Boris Karloff, lo interpretó años después en el film “Frankenstein meets the wolfman”, en 1943.

Sin embargo, Bela Lugosi fue un excelente actor de teatro, además de haber sido galán durante la época de cine silente.Y aquí un poco de ello.

En esta foto interpreta a Armand Duval en el clásico de Alexandre Dumas (h) "La dama de las camelias".
Aquí personificando a un zíngaro.
Y por último, seguramente la que más nos sorprende, en una versión teatral de "La pasión", interpretando al mismísimo Cristo.
Bela Lugosi. Con eso alcanza.
Edgardo Salatino

jueves, 29 de abril de 2010

Noel Rosa























"Noel, Poeta da Vila" es una película brasileña de 2006 que muestra los momentos cumbres de la corta pero intensa vida del poeta, compositor, cantante y guitarrista carioca Noel de Medeiros Rosa, más conocido como Noel Rosa (1910-1937)
La música es excelente y las actuaciones, en especial las de Rafael Raposo (Noel) y la hermosa Camila Pitanga (Ceci), son realmente buenas. En el primer caso, además, debemos agregar el condimento de que existe un cierto parecido físico entre Noel y Rafael. Las artes cinematográficas hacen el resto - tal como usar una prótesis para lograr la mandíbula retraída de Noel - y tenemos en total una película para deleitarnos.
Arriba podemos ver algunas fotos de Noel Rosa y de Rafael Raposo.
Edgardo Salatino

martes, 16 de marzo de 2010

Algunas caracterizaciones. Ultima parte

He aquí la última entrega. Para ello podemos ver abajo una buena caracterización de Jack Nicholson en "Wolf".
Y aquí seguido, el gran Lon Chaney en dos caracterizaciones algo menos conocidas que las de Quasimodo y Erik pero no menos geniales.
Saludos y hasta la próxima.
Edgardo Salatino















miércoles, 3 de marzo de 2010

Algunas caracterizaciones. Segunda parte.

Continuemos un poco con las caracterizaciones y maquillajes y comencemos con algo grande: Boris Karloff. En primer lugar, disfrutando de un agradable momento. Luego, la evolución "seriada" hasta convertirse en monstruo.

Buena ha sido la caracterización de Robert Englund en el rol que lo catapultara a la fama. Después de varios papeles secundarios, fue el torpe y bonachón Willie en la miniserie V hasta convertirse en un ya clásico monstruo del cine: Freddie Kruger.



Cerremos esta entrega con Vincent Price y una muestra de su mucho material, a igual que Boris Karloff. A "cara lavada" primero, como el Dr. Anton Phibes en una "romántica" escena con su ayudante Vulnavia y, por último, una de las caracterizaciones de la película Manicomio.




Esta historia continuará.
Edgardo Salatino

sábado, 20 de febrero de 2010

Algunas caracterizaciones. Primera parte

Sabemos que el maquillaje es imprescindible en el cine y en la televisión. Y cuando no está, el motivo es expreso y adrede (Maria Falconetti en La Pasión de Juana de Arco, por ejemplo).Pero cuando estamos en presencia de un “monstruo”, el maquillaje de caracterización nos fascina. Por eso quiero que veamos a algunos actores “a cara lavada” y caracterizados en diversas películas de terror.

En primer lugar, tenemos a Chris Lee como tal, como el monstruo de Frankenstein y como Mr. Hyde en I' Monster, si bien el personaje tenía otro nombre.




David Naughton fue el licántropo en "Un hombre lobo americano en Londres". La escena de la transformación fue la mejor de todos los tiempos durante muchos años. Solo pudo ser superada por computadoras.







Y el gran Narciso Ibáñez Menta. El relojero en "El corazón delator", más horrible por dentro que por fuera. Y en "El Fantasma de la Ópera"

















Esta es una primera entrega. Nos faltan muchos más. Y si bien no habremos de colgar todos, algunos de ellos a igual que el maquillaje, son imprescindibles.
Edgardo Salatino.

miércoles, 13 de enero de 2010

Rousseau analiza una fábula de Samaniego




Me propongo trascribir un pequeño fragmento de la obra Emilio o de la educación, de Jean Jacques ROUSSEAU (retrato), publicado en 1762. Se trata de un análisis de la fábula El Cuervo y el Zorro, de Félix María de SAMANIEGO. Los motivos que me llevan a esta transcripción se basan en mi fanatismo por las fábulas, pero en especial, en la acérrima crítica al sistema educativo que ROUSSEAU formula en su libro. Claro está que a la fecha han pasado doscientos cuarenta y ocho años desde la publicación de la obra. Muchos de los problemas allí evidenciados han sido solucionados y también han surgido otros de diferente carácter, pero todo ello es lógica consecuencia del paso del tiempo y sus implicancias. Lo grave es que algunos de esos problemas aún no han sido resueltos.
Hasta hace pocos años, en las escuelas primarias se daba a leer a los alumnos alguna que otra fábula, en especial de SAMANIEGO o de ESOPO. Desconozco si actualmente se sigue haciendo, pero en atención a que el problema fue advertido hace casi doscientos cincuenta años, no importa demasiado pues fueron muchos los años de error. Bueno y deseable sería que ello haya finalizado y es cuando sí adquiriría altísima importancia. Pero mientras asistí a la escuela primaria, el problema seguía tal cual lo denunciaba ROUSSEAU.
¿Qué es lo que critica el gran filósofo francés en esta específica cuestión? Nada más y nada menos el hecho de que hacen que los niños aprendan las fábulas de SAMANIEGO y ni siquiera hay uno que las entienda. Pero agrega que sería peor que alguno las entendiera porque tan enredada es su moral y tal poca proporción guarda con su edad, que más que a la virtud los incitaría al vicio.
El autor eligió El Cuervo y el Zorro por considerarla una de las pocas adaptables a los niños. Luego del análisis que realiza es impensable la consideración de que alguna fábula sea adaptable a un niño.
Algunas de las preguntas que supone quizá no sea actual, pero en su mayor parte, el análisis y la crítica que formula puede adaptarse perfectamente a nuestra realidad cotidiana. Me gustaría poder trascribir más partes del libro. De hecho, el análisis de las fábulas no se limita a aquella, sino que hace mención de otras y el estudio es aún más enjundioso. En realidad lo mejor es, obviamente, leer la obra completa. Por ahora me conformo con trasncribir esta pequeña parte. Aquí va.
Edgardo Salatino

En la rama de un árbol,
bien ufano y contento,
con un queso en el pico
estaba el señor cuervo.

¿Quien era el que estaba ufano y contento? ¿El árbol o el cuervo? ¿Cómo ha de entender el niño esta inversión? Es poética, me dirán; fija la atención en el cuervo, que es el sujeto que debe resaltar. Todas estas razones son para mí; no para el niño, que sólo debe oír frases sencillas y construcciones fáciles y naturales.
¿Qué quiere decir señor cuervo? ¿De quién es señor un cuervo? ¿Qué significa señor? Este epíteto se le da por burla. Cuando oiga llamar señor a uno, ¿no se figurará que es el cuervo apoderado del queso? Rara vez se equivocará, pero ésas no son las lecciones que queréis que tomen vuestros alumnos.
¿Cómo puede un cuervo tener un queso en el pico, sin que se le caiga? ¿Comen queso los cuervos? ¿Son esas las lecciones de historia natural que dais a vuestros hijos? No salgais nunca de la verdad.

Del olor atraído
un zorro muy maestro,

¡Qué olor da este queso que desde la rama del árbol penetra hasta la madriguera del zorro! ¿A éste le gusta el queso? Poco estrago harían en los corrales si no los frecuentaran más que las lecherías.
¡Muy maestro! ¿Qué es lo que el zorro enseña? Bien sé que es maestro y doctor en tretas y que no puede aplicarse epíteto con mayor felicidad; pero esto lo sé yo, y no lo sabe el niño. Es preciso que le digáis cuál es la índole natural del zorro y cuál la que le atribuyen los fabulistas convencionalmente. ¿Y queréis que os entienda? Menester fuera para ello una poética del apólogo.

Le dijo estas palabras
a poco más o menos:
Tenga usted buenos días,
señor cuervo, mi dueño.

¿Conque hablan los zorros? ¿Y su habla la entienden los cuervos? ¿Qué has de responder, discreto preceptor, a esta pregunta tan natural del niño?
A poco más o menos es un ripio que ni para el niño ni para mí tiene disculpa.
¡Mi dueño! ¿Qué quiere decir dueño? El que tiene esclavos. ¿Conque el zorro es esclavo del cuervo?

Vaya que estáis donoso,
mono, lindo en extremo.
Yo no gasto lisonjas,
y digo lo que siento.

¡Con qué arte gradúa el maulero los elogios! Arte perdido para el niño.
Mono, precedido del verbo estar, siempre es un elogio; cuando le antecede ser, suele ser un improperio.
¿Qué son lisonjas? ¿Hay quien las gasta? ¿Quién diga lo que no siente? ¡Pobre niño, cuántas lecciones de vicios hay que darte y ninguna necesitabas! La profesión de veracidad del astuto zorro, es nuevo lazo tendido al imprudente y vanidoso cuervo; ¿Pero tú, cómo has de apreciar sus artes, o más bien, la habilidad del poeta?

Que si a tu bella traza
corresponde el gorjeo,
juro a la diosa Ceres,
siendo testigo el cielo
que tú serás el Fénix
de sus vastos imperios.

¡Qué valentía en la expresión! ¡Qué nobleza! ¡Qué hermosa poesía! ¡Cuántas cosas que el niño no puede apreciar!
¡Juro! ¿Qué es jurar? ¡Desventurado de ti, preceptor, si te atreves a explicárselo a un niño de seis años!
¿Qué cosa es una diosa? ¿Hay dioses machos y hembras? ¿Quién es Ceres? ¿Queréis que empiece el niño a cursar Mitología? ¿Queréis que a su edad el cielo, la Tierra, la Naturaleza entera, sean ya teatro de la mentira?
¿Qué pájaro es el Fénix? Nuevas patrañas y nuevas ficciones. ¿Tan estrecho recinto es el de las verdades, que tanta prisa os dais en sacar de él a vuestro alumno?

Al oír un discurso
tan dulce y halagüeño,
de vanidad llevado
quiso cantar el cuervo.

Nueva explicación de lo que es vanidad y de sus efectos.

Abrió su negro pico,
dejó caer el queso

Lo extraño es que no se le hubiera caído mucho antes, por más apretado que con su negro pico le tuviese

El muy astuto zorro
después de haberlo preso
le dijo: señor bobo,
pues sin otro alimento
quedáis con alabanzas
tan hinchado y repleto,

¿Conque bobo es aquel a quien engañan los pícaros? La definición podrá muy bien ser exacta; ¿pero conviene enseñársela a un niño? El cuervo no ha quedado hinchado y repleto con las alabanzas, sino hambriento y mohíno. El adulador triunfante afila el puñal del escarnio para clavársele más hondo a la víctima. Si el ayo no le explica toda la perversidad del zorro, perdió la fábula su mérito. Si se la hace comprender, ¡cuán intempestiva y arriesgada lección le da!

Digerid las lisonjas,
mientras digiero el queso.
¡Digerir lisonjas! ¡Osada y feliz metáfora! ¿Y la entiende un niño de siete años?