sábado, 18 de abril de 2009

Boris Karloff y un primer plano terrible


En la columna “El cine que algunos ven” del día de la fecha tuve el placer y el honor de hablar de una leyenda del cine: Boris Karloff.
William Henry Pratt, tal su verdadero nombre, eligió la actuación en lugar de la diplomacia, que era tradicional en su familia y desde muy joven comenzó a desempeñar pequeños papeles en teatros, luego en películas de cine mudo – que incluye un trabajo en “El último mohicano” de 1920 – hasta su trampolín al estrellato con “Frankenstein”, en 1931.
Desde allí en adelante no cesó nunca de trabajar y lo hizo tanto en cine, como en teatro, televisión y hasta radio.
No intento escribir una biografía ni enumerar sus muchos trabajos. Pero sí quiero con este comentario que vean una imagen de su rostro en la película “La momia” de 1932 en la que le tocó interpretar al terrible Imhotep.
Es un primer plano excelente que, en esa época, causó un terror más que intenso ya que a la siniestra expresión que adoptó Boris, se suma el maquillaje que lograba una piel arrugadísima y una luz estratégicamente orientada hacia sus ojos, todo lo cual terminó en lo que aquí podemos ver.
Aún así, el fotograma solo demuestra un mínimo porcentaje si lo comparamos con la escena original. Invito a todos a ver “La momia” o, en su caso, a volverla a ver.
Edgardo Salatino

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