domingo, 14 de diciembre de 2008

Sin argumento. Con arte







Algunas obras artísticas del cine o la literatura no cuentan con un argumento como la mayoría. Ni siquiera con uno encubierto a través de las imágenes. Sólo nos muestran otro aspecto del arte. Los ejemplos son muchos pero ahora me vienen a la mente “Kid auto races at Venice” (fotograma) del maestro Charles Chaplin, película filmada en 1914 y conocida aquí como “Carreras sofocantes”. No hay argumento, solo improvisación y un irrefrenable deseo de Carlitos de querer salir en las cámaras que están filmando una carrera de niños. Y uno de los cortos más desopilantes de Chaplin y con gags de lo más cómico de la historia del cine.
Por otro lado, “El baile” (fotograma) de Ettore Scola (Le bal, 1983) tampoco presenta un argumento y es el ejemplo por excelencia de que se puede realizar un sublime exponente del arte cinematográfico sin contar con argumento definido.
Y cientos de ejemplos contiene la literatura. Acá va un cuento que se acerca un poco a ello. Se llama “Los doce haraganes” y fue escrito por los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm (retrato). Es muy corto, así que lo leí y releí varias veces. Todavía me sigue causando gracia. No hay argumento general del cuento. Solo doce personas que a su turno dicen algunas palabras relacionadas con su calidad de vagos. En alabanza a su vagancia de su parte. Y para nosotros, una muestra más de que los hermanos Grimm nos alegraron nuestra infancia con sus cuentos infantiles y que pueden seguir haciéndolo en las demás etapas de la vida.
Edgardo Salatino.

LOS DOCE HARAGANES
Doce mozos que en todo el día no hicieron nada útil, al atardecer, para no cansarse, se tendieron sobre la hierba y se dedicaron a jactarse de su gandulería. Dijo el primero:
-¿Qué me importa vuestra pereza? Bastante tengo que hacer con la mía. Mi ocupación principal es cuidar de mi cuerpo; como bastante y bebo otro tanto. Cuando llevo cuatro comidas en la tripa, ayuno un ratito hasta que se me vuelve a abrir el hambre; es el régimen que mejor me va. Madrugar no es para mí, y hacia el mediodía ya me busco un lugar donde descansar. Si llama el amo me hago el sordo; y si vuelve a llamar espero un rato antes de levantarme, y luego me dirijo a él andando muy despacio. De este modo la vida se puede soportar.
Dijo el segundo:
-Mi trabajo es cuidar de un caballo; pero le dejo el bocado en la boca, y cuando no tengo ganas no le doy pienso y digo que ya ha comido. En cambio, me tumbo en el depósito de avena y estoy cuatro horas durmiendo. Luego estiro un pie y lo paso un par de veces por el cuerpo del caballo. Y así lo amohazo y limpio. ¿Quién va a reparar en ello? Pues aún así, el servicio se me hace pesado.
Habló entonces el tercero:
-¿Para qué cargarse de trabajo? No se saca nada. Yo me tendí al sol y estuve durmiendo. Empezó a gotear pero, ¿por qué levantarse? Dejé que lloviese, en nombre de Dios. Al fin cayó un chubasco tan fuerte que me arrancó los cabellos y se los llevó, y me abrió un agujero en la cabeza. Le puse un parche y santas pascuas. Accidentes así he sufrido ya varios.
Intervino el cuarto:
-Cuando tengo que empezar algún trabajo, primero lo pienso una horita para ahorrar fuerzas. Luego me pongo a la faena con gran cachaza; pregunto si no han alguien que pueda ayudarme y, en caso de que se ofrezca alguno, le dejo la labor y yo me pongo a mirarlo. Pero aun esto me resulta demasiado.
Dijo el quinto:
-¡Eso no es nada! Figuraos que yo debo sacar el estiércol del establo y cargarlo en el carro. Pues me pongo a hacerlo muy despacito y cuando he recogido un poco en la horca. La levanto a mitad de la altura y me estoy descansando un cuarto de hora antes de echarlo en el carro. Por lo demás, una carretada al día me basta. Malditas las ganas que siento de matarme trabajando.
Tomó la palabra el sexto:
-¡Se os tendría que caer la cara de vergüenza! A mí no me asusta ningún trabajo, pero me estoy tumbado tres semanas sin quitarme la ropa ni una sola vez. ¿Para qué hebillas en los zapatos? ¿Que se me caen de los pies? Bueno, no importa. Si he de subir una escalera pongo un pie delante de otro con toda calma y subo el primer peldaño. Luego cuento los que quedan para ver dónde hay que descansar.
Dijo el séptimo:
-Conmigo esto no reza, pues mi amo vigila mi trabajo. Suerte que se pasa el día fuera de casa. Pero yo no pierdo el tiempo y corro todo lo que se puede correr cuando se anda arrastrando los pies. Y no hay manera de hacerme ir más de prisa, a menos que me empujen cuatro hombres fornidos. Un día vi un catre en el que dormían seis hombres, uno al lado del otro. Yo me eché a dormir también y no hubo quien me despertara. Cuando quisieron que me fuera a cada tuvieron que llevarme.
Habló el octavo:
-Bien veo que soy el único que lo entiende. Si encuentro una piedra en mi camino no me tomo la molestia de levantar la pierna para pasarla, sino que me tiendo en el suelo; y si estoy mojado y lleno de barro y suciedad sigo tumbado hasta que el sol me seca. A lo sumo, me vuelvo de vez en cuando para que me dé encima.
Metió baza el noveno:
-Eso no es nada. Esta mañana estaba sentado delante de un pan, pero sentía pereza de alagar la mano para tomarlo. Por poco me muero de hambre. Y había también una jarra, pero era tan grande y pesada que, por no levantarla, he preferido sufrir sed. Hasta el volverme resultaba demasiado esfuerzo; y me pasé el día tendido como un tronco.
Intervino el décimo:
-A mí la gandulería me ha producido bastantes perjuicios: una pierna rota y una pantorrilla hinchada. Éramos tres, tumbados en un camino. Llegó otro con un carro y las ruedas me pasaron por encima. Claro que habría podido retirarlas, pero es que no oí venir el carro. Los mosquitos me estaban zumbando en los oídos y se me entraban y salían por la nariz y por la boca. ¡Pero cualquiera se toma la molestia de espantarlos!
Dijo, a su vez, el undécimo:
-Ayer despedí a mi amo; estaba cansado de llevar y traer sus pesados librotes; no acababa en todo el día. Aunque, a decir verdad, fue él quien me despidió. No quiso que siguiera a su servicio porque sus ropas, que yo tenía abandonadas entre el polvo, estaban apolilladas. Y tuvo razón.
Y por fin habló el duodécimo:
-Hoy tuve que salir al campo en el carro. Con paja me arreglé una yacija y me eché a dormir. Se me cayeron las riendas de la mano y, al despertar, vi que el caballo casi se había soltado. Habían desaparecido los arreos: la lomera, la collera, la brida y el bocado. Había pasado alguien y se lo había llevado. Además, el carro estaba atascado en un charco. Yo no me apuré y volví a echarme a dormir sobre la paja. Al fin tuvo que venir el amo en persona y desatascar el carro; y si no lo hubiese hecho, no estaría yo aquí ahora. Seguiría en el carro, durmiendo tranquilamente.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Tres actores






















Lo prometido. O sea, colgar fotografías de los tres actores que fueron el tema de hoy en “El cine que algunos ven”. Dos de cada uno de ellos. Una de las cuales, que sea un fotograma de alguna de las películas más importantes que hayan filmado. El primero (de abajo hacia arriba), Michael Berryman, en “The hills have eyes”. “Las colinas tienen ojos” o “La colina de los ojos malditos” esta última, en una maldita y mala traducción. Y después, un buen retrato. El segundo, Vincent Schiavelli desempeñando su papel de Fredrickson en “One flew over the cuckoo’s nest” (Alguien voló sobre el nido del cucú, mejor conocida como Atrapado sin salida) en la que también trabajó Michael Berryman. Y en un fotograma de “Ghost”. Y en tercer lugar, Marty Feldman en uno de sus mejores papeles. La genialidad de Igor en “Young Frankenstein”. También, por último y arriba de todo, un buen primer plano de "El hermano más listo de Sherlock Holmes".
Los dos últimos, ya fallecidos. Berryman, activo en el cine. Un homenaje a ellos, grandes contribuidores del arte cinematográfico, con sus muchos y geniales trabajos a lo largo de toda su trayectoria. Nunca galanes, pero siempre aportando alta cuota de importancia. Michael, Vincent, Marty, muchas gracias.
Y esta pequeña nota, realizada solo con oraciones unimebres. Para cambiar un poco. Para molestar otro tanto. Y por las ganas de hacerlo.
Edgardo Salatino

domingo, 23 de noviembre de 2008

TOMÁS DE IRIARTE


“En mis verso, Iriarte,
yo no quiero más arte
que poner a los tuyos por modelo”
Así comenzaba Samaniego uno de sus maravillosos poemas que figura en sus Fábulas Completas. Pese a que fueron grandes rivales y polemizaron abiertamente, el gran Samaniego reconoció a su digno rival, don Tomás de Iriarte (retrato).
Más allá de las coincidencias lógicas que contienen las fábulas de ambos, las de Iriarte se orientan casi todas, exclusivamente a la literatura. Pocos salieron indemnes a sus mordaces y geniales golpes de pluma. Críticos, lectores, editores, escritores, libros, traductores, poemas, ignorancia, soberbia y más personajes, objetos y sentires que rodean a la literatura. Pero eso sí, a cada uno de ellos debemos agregar el adjetivo “malo”. O sea, malos escritores, malos libros, malos lectores.
Los ejemplos son muchos. Así, en una de sus fábulas hablaba de los que leen y alaban una obra, para luego rechazarla cuando se enteran de quién es el autor. Para ejemplificar la cuestión, transcribe una fábula de Esopo que de eso mismo hablaba. Luego pregunta a un lector indeterminado si le había gustado la fábula, contestando éste, sobre lo maravilloso de los dichos de Esopo, a lo que el autor contesta que no la había escrito Esopo, sino él mismo, conminando al lector a criticársela, ahora que sabía que era de él. Se llama “El Ratón y el Gato” y es la número XX. Léanla. Enseña y divierte.
Iriarte, además, ensayaba muchísimas formas poéticas, diversas rimas y métricas, varias conjunciones y recursos idiomáticos, diálogos que se topaban con el obstáculo de mantener la rima y la métrica y que era fácilmente superado como hiciera Zorrilla con sus ovillejos en el Don Juan Tenorio, con lo que no solamente destaca el contenido y los temas que trataba.
En otra fábula criticaba y calificaba de ridícula a la poesía retumbante y alambicada, utilizando para ello, el finalizar cada uno de los versos con una palabra esdrújula y con rima consonante. Y en otro poema la crítica se orientaba hacia quienes abusan de las voces extranjeras modernas y también hacia quienes abusan de las antiguas. Y “El retrato de golilla” – así se llama la fábula – está escrito en términos modernos y también antiguos (“y en la mi casaca trocad la ropilla/ca non habrá naide en toda la villa” por ejemplo).
Me gustaría transcribir cada uno de sus poemas y no he encontrado uno que me haya decepcionado. Pero la idea no es la mera transcripción, sino el comentario y la recomendación de su lectura. Sin embargo voy a transcribir uno, que es ejemplo de “una crítica a los críticos” en la que no se conformó con una fábula, sino que en la misma escribió otra más. Así, cierro este comentario, como siempre, con la recomendación de lectura de las Fábulas de don Tomás de Iriarte.
Edgardo Salatino

LA LECHUZA, LOS PERROS Y EL TRAPERO
Cobardes son, y traidores,
ciertos críticos que esperan,
para impugnar, a que mueran
los infelices autores,
porque vivos, respondieran.
Un breve caso a este intento
contaba una abuela mía.
Diz que un día en un convento
entró una lechuza... Miento,
que no debió ser un día.
Fue, sin duda, estando el sol
ya muy lejos del ocaso...
Ella, en fin, se encontró al paso
una lámpara (o farol,
que es lo mismo para el caso).
Y volviendo la trasera,
exclamó de esta manera:
«Lámpara, ¡con qué deleite
te chupara yo el aceite,
si tu luz no me ofendiera!
Mas ya que ahora no puedo,
porque estás bien atizada,
si otra vez te hallo apagada,
sabré, perdiéndote el miedo,
darme una buena panzada.»
---------------
Aunque renieguen de mí
los críticos de que trato,
para darles un mal rato,
en otra fábula aquí
tengo de hacer su retrato.
Estando, pues, un trapero
revolviendo un basurero,
ladrábanle (como suelen
cuando a tales hombres huelen)
Dos parientes del Cerbero.
Y díjoles un lebrel:
«Dejad a ese perillán,
que sabe quitar la piel
cuando encuentra muerto a un can,
y cuando vivo, huye de él.»
Atreverse a los autores muertos, y no a los vivos, no sólo es cobardía, sino traición.

jueves, 30 de octubre de 2008

MARCHA "POR LA SEGURIDAD DE TODOS LOS PIBES"

Se agradece su amplia difusión.EL PRÓXIMO VIERNESREALIZARÁN UNA MARCHA "POR LA SEGURIDAD DE TODOS LOS PIBES"El próximo viernes (31/10) se realizará en la ciudad de La Plata una "Marcha por la seguridad de todos los pibes", porque "inseguridad es morir de hambre y no tener futuro", según indica la convocatoria impulsada por la Asamblea Permanente por los Derechos de la Niñez. La movilización, que comenzará a las 17 horas en la Plaza Moreno, reclama la inmediata y efectiva implementació n de la Ley de Promoción y Protección Integral de los Derechos de los Niños. Asimismo, la convocatoria cuestiona la criminalizació n de la pobreza efectuada desde el Estado y algunos de los principales medios de comunicación, y rechaza la iniciativa del gobernador bonaerense de bajar la edad de imputabilidad, anunciada en los últimos días. "Ningún pibe nace chorro. Ellos son las víctimas. Exigimos que el Estado no los abandone", expresa con claridad una de las consignas de la Asamblea Permanente por los Derechos de la Niñez, espacio conformado por unas treinta organizaciones sociales, políticas, culturales, de derechos humanos, estudiantiles, gremiales, profesionales y trabajadores de Infancia de la Municipalidad y de la Provincia de Buenos Aires. Contactos de prensa: Ricardo 15 511-0411 / Fabián 15 511-0318 / Hetel 15 591-2987 / Daniel 15 508-8038

viernes, 24 de octubre de 2008

El tercer hombre. Una genialidad
















Mucho se ha dicho sobre esta película. Muchos la han visto también. Y sin embargo yo pretendo, todavía, decir algo más.
Nada de lo que diga será nuevo, por supuesto, pero para muchos – como yo - el cine es una cuestión de pasiones, de gustos y de placeres, buscamos el modo de manifestarlo y poco nos importa la originalidad o la actualidad y otra muchas gollerías, como decía La Fontaine.
Eso me pasa con “El tercer hombre”. Filmada en 1949, dirigida por Carol Reed y protagonizada por Joseph Cotten, (Alida) Valli, Orson Welles y Trevor Howard (en ese orden aparecen en los créditos). Basada en la obra homónima de Graham Greene, quien lo escribió para filmar la película.
No voy a decir de qué se trata, ni siquiera una mínima mención de su argumento. Pido a quienes no la han visto, que confíen en este fanático cinéfilo y se “ganen” un momento en la vida, viendo esta maravilla del cine. No se van a decepcionar. Y por mi parte, además, rompo con la tradición de recomendar una película debiendo contarla. Hagamos la prueba.
La película destaca toda pero además son muchas las escenas que a su vez destacan en lo particular. Claroscuros, arquitectura portentosa y pasajes lúgubres y maravillosos a la vez de las calles de Viena (foto, que incluye las manos de Welles emergiendo de una boca de cloaca) pueden verse casi en todo momento. La de la exhumación de Joseph Harbin, en el cementerio con antorchas es impecable.
Escenas con comicidad, como cuando Paine exhibe diapositivas relacionadas con la investigación y muestra, por error, el dibujo de un rinoceronte. Escenas que rozan lo grotesco y destilan genialidad a la vez, tal como cuando la policía espera por la noche, la llegada de Harry Lime en las calles nebulosas y sombrías y aparece en su lugar un viejo vendedor de globos, tambaleante, con galera y bastón o cuando Holly Martins, en una de sus huidas, se introduce en una habitación y cree escuchar una voz humana, descubriendo al encender la luz, que se trataba de una cacatúa (que para colmo lo muerde).
Se dijo que la aparición de Welles en la oscura calle cuando la luz de una ventana le da directo en el rostro fue la mejor aparición de un personaje en la historia del cine (foto). Tendríamos que ver mucho cine para formular esa consideración. Pero sí es realmente alucinante.
La escena del niño con esa expresión y esa cara tan extrañas, comunicando a un grupo de personas que Martins había matado al portero es también casi surrealista.
Las sombras durante toda la películas son también protagonistas, pues se proyectan tanto de lugares como de personas (Lime huyendo de Martins a la carrera y solo se ve correr a la sombra) y la persecución en las cloacas es realmente imponente, e incluye las maravillosas escenas de las voces que salían de todas partes y la iluminación repentina a Harry en uno de los tantos túneles (foto). Ni siquiera puede considerarse tediosa la caminata final de Anna al salir del cementerio (foto), por la infinita calle en perspectiva digna de Andrea Mategna.
Y no podemos olvidar a Anton Karas, el tañedor de cítara, que hace que su música durante todo el film sea también un personaje más.
La verdad sea dicha, me gustaría seguir escribiendo y comentando escenas. Pero tengo que dejar de hacerlo pues decidí ver nuevamente la película "El tercer hombre".
Edgardo Salatino

viernes, 17 de octubre de 2008

La ironía como expresión literaria


Me remito al título. Muchos han sido los ejemplos y muchos los irónicos que la han practicado. Destaquemos las que tienen altura, las que dicen mucho y bien. Nos han divertido, nos han enojado, pero nunca han sido indiferentes. Las ironías son parte de nuestra vida. Y de la literatura, por consiguiente. Traigo un pequeño poema que se llama "La pobre viejecita", del poeta colombiano Rafael Pombo (foto), y cuya protagonista es un personaje con ejemplos actuales. Creo que es uno de los mejores ejemplos de una ironía, muy sencilla, pero muy intensa. Y además siempre me ha gustado por lo cual, confieso, es la razón principal para transcribirla.
Edgardo Salatino

Érase una viejecita

sin nadita que comer

sino carnes, frutas, dulces,

tortas, huevos, pan y pez.


Bebía caldo, chocolate,

leche, vino, té y café,

y la pobre no encontraba

qué comer ni qué beber.


Y esta vieja no tenía

ni un ranchito en qué vivir

fuera de una casa grande

con su huerta y su jardín.


Nadie, nadie la cuidaba

sino Andrés y Juan y Gil

y ocho criadas y dos pajes

de librea y corbatín.


Nunca tuvo en qué sentarse

sino sillas y sofás

con banquitos y cojines

y resorte al espaldar.


Ni otra cama que una grande

más dorada que un altar,

con colchón de blanda pluma,

mucha seda y mucho holán.


Y esta pobre viejecita

cada año hasta su fin,

tuvo un año más de vieja

y uno menos que vivir.


Y al mirarse en el espejo

la espantaba siempre allí

otra vieja de antiparras,

papalina y peluquín.


Y esta pobre viejecita

no tenía qué vestir

sino trajes de mil cortes

y de telas mil y mil.


Y a no ser por sus zapatos

chanclas, botas y escarpín,

descalcita por el suelo

anduviera la infeliz.


Apetito nunca tuvo

acabando de comer,

ni gozó salud completa

cuando no se hallaba bien.


Se murió de mal de arrugas,

ya encorvada como un tres,

y jamás volvió a quejarse

ni de hambre ni de sed.


Y esta pobre viejecita

al morir no dejó más

que onzas, joyas, tierras, casas,

ocho gatos y un turpial.


Duerma en paz, y Dios permita

que logremos disfrutar

las pobrezas de esta pobre

y morir del mismo mal.


miércoles, 15 de octubre de 2008

EL BB-DOR (capítulo IV)


La comida húngara puede ser una alternativa muy interesante si deseamos salir un poco de la rutina (igual no me quejo de la milanesa media caballo ni del bife de chorizo o las pastas). Días pasados, aprovechando el feriado largo (nota: Argentina es uno de los países que menos feriados tiene...copiemos lo bueno del primer mundo...vayamos por más feriados, o como dicen los españoles, "a por más puentes"), decía que aprovechando el feriado largo, tuve la oportunidad de probar en Bs. As. un sitio donde sirven exquisiteces de la cocina del mencionado país...Para empezar, arenque a la crema con cebollita y pepinos en vinagre...extraordinario (el arenque no es ni más ni menos que el hering que podemos degustar al paso en las pintorescas calles de Amsterdam, y también el nombre de una marca de indumentaria). De segundo, como no podía ser de otra manera, goulash de cerdo con spaetzle (para decirlo en criollo, es una especie de guiso de carne acompañado de minúsculos ñoquis). Y para finalizar, strudel de manzana con helado de canela (perfecta combinación). Todo convenientemente regado con un merlot joven, bien frutado, de bodega NQN, de Neuquén ( a la sazón, se dice que el mejor merlot argentino viene del sur)...

La verdad es que después de semejante festín de los sentidos yo diría, parafraseando al gran Héctor Alterio:

LA PUTA QUE VALE PENA ESTAR VIVO!!!!

Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino los hace felices (Alexander Fleming)

viernes, 10 de octubre de 2008

Otro sábado sin "Homo Erectus"

Estimados oyentes:
Les pedimos disculpas, pero al transmitirse otra jornada de la Asamblea Universitaria de la UNLP, que se lleva adelante para adoptar un nuevo estatuto, no los podremos acompañar este sábado.
Mientras tanto les agradecemos que sigan con nosotros en nuestro blog.
Saludos.
El equipo de Homo Erectus.

El BB-DOR (capítulo III)



Anoche tuve la suerte de experimentar el indescriptible sabor de una BOGA al leño con salsa criolla, acompañada con papas al natural con un toque de aceite de oliva...Muy interesante me resultó descubrir el excelente acompañamiento que se le puede dar a ese plato, con un blanco torrontés Colón. Es cierto que, según dicen, el mejor torrontés es el que proviene de Salta, pero este ejemplar sanjuanino tiene lo suyo...


El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza (José Ortega y Gasset)

miércoles, 8 de octubre de 2008

El lujo es vulgaridad.

El lujo es vulgaridad, dice ese gran poeta urbano que se llama Carlos Solari y le dicen el Indio.
Ayer le di un gusto a Sofi y alquilé la película de Sex & the city. Debo confesar que vi la serie un par de veces con ella y me pareció entretenida. Cuatro mujeres de la alta sociedad neoyorquina cuyo mayor interes es la diversión. O algo así.
Fui de mirar algunas series de la tele yanqui, Seinfield, Los Simpons y Friends en distintos momentos. Me gustaba que muestren algunas caras incómodas del espejo al que todos querían parecerse, la sociedad de alto consumo norteamericana.
Pero volviendo a "Sex & the city", me quede sorprendido de la frivolidad de lo que muestran. ¿La gran cantidad de gente que la vio anhelara eso?. Lujo absoluto, limousines, ropa de las grandes marcas, restaurants top.
Algunas películas te dejan pensando días y otras te generan un vacío.
Hoy a la mañana cuando abrí los diarios y vi como seguía cayéndose el sistema financiero a pedazos, lo asocié con ese mundo de ficción. El CEO, jefe, del Banco Lemahn Brothers no tuvo verguenza de llevarse como sueldo 350 millones de dolares en un par de años luego de haber quebrado la entidad. Y así tantos otros.
Al mismo tiempo otros loros vernáculos siguen repitiendo su triste monologo neoliberal que se cae a pedazos. Se quedaron sin religión muchachos! Los Avila, los Cavallo, López Murphy y demás Chicago Boys van a tener que buscar otra iglesia donde ir los domingos. Y el padre Morales Sola seguro los acompañará.
Debería ser un buen momento para ver estas películas con derroche de suntuosidad sin ningún tipo de sostén y hacer una autocrítica de cuales fueron los espejos de nuestra sociedad en los últimos años.
*Por Inti Nahuel Pérez Aznar.-

UN POCO MÁS QUE UN ACTOR





Es uno de los actores más grandes. No porque haya nacido el 27 de mayo de 1922. No porque su estatura sobrepase largamente los ciento noventa centímetros. Sí, porque es un actor prolífico, versátil, que ha sabido dar a sus papeles un toque de distinción que lo catapulta a un alto lugar en el arte cinematográfico, lugar que no todo el ambiente del cine le otorga.
Christopher Frank Carandini Lee, tal su nombre completo, es además, uno de los actores que más películas ha filmado, por lo que la lista completa sería, en verdad, extensa.
Luego de una serie de papeles secundarios, que incluye una aparición en “Hamlet” de Lawrence Olivier, comenzó a ser “visible” en el film “La batalla del Río de La Plata” en 1956, hasta el año siguiente, en que le fue encomendado el rol de monstruo en “La Maldición de Frankenstein”. Su éxito fue enorme, pero su consagración definitiva llegará al año siguiente con “El horror de Drácula”, dirigida a igual que la anterior por Terence Fisher, coprotagonizada también por Peter Cushing y en una producción de la famosa Hammer.
El papel del conde vampiro lo acompañaría por muchas películas más durante los años 60 y 70 (“Drácula, príncipe de las tinieblas”, “El poder de la sangre de Drácula”, “Drácula vuelve de su tumba”, “Las cicatrices de Drácula” y hasta un documental llamado “En busca de Drácula”, en el que oficiaba de relator y del conde, por supuesto), intercalando también con otras producciones de cine de terror, llegando a ser la máxima figura en la especie en esa época, junto con Cushing y Vincent Price, como antes lo habían sido Lugosi, Karloff y antes todavía, Lon Chaney. Así, protagonizó, entre otras, “La calavera del marqués”, “La Gorgona” “La casa de los horrores del Dr. Terror” y fue Kharis, en “La Momia” del año 1959.
También fue un “villano del cine” formidable y no solo en películas de horror. Bastaría solo mencionar a Scaramanga, el enemigo de James Bond en “El hombre del revólver de oro”, pero no sería justo olvidar las varias películas en que interpretó a Fu Manchú, “El hombre de mimbre” o “Rasputín, el monje loco”, con una actuación soberbia, teniendo tiempo también para ser héroe y personificar en más de una ocasión, a un sobrio y bien logrado Sherlock Holmes.
Recuerdo también que me llamó la atención su maravillosa actuación en “El monstruo de Londres”, película que era nada menos que una versión – buena a mi criterio – de Dr. Jeckyll and Mr Hyde, de Stevenson, en que personificaba al malogrado científico. Y hasta probó la comedia en “El cristiano mágico” con Peter Sellers, en la que aparecían también Yul Brynner y Roman Polansky.
El tiempo atentó contra su popularidad y si bien continuó trabajando, los fines de la década del 70 y toda la del 80 no fueron los mejores momentos.
Pero no hay mal que dure cien años y aún los vampiros, que son en principio inmortales, pueden fenecer con una buena estaca. En este caso, su decaída carrera volvió a surgir fuertemente, pues logró fabulosas actuales en papeles que, aunque pequeños, dieron clara muestra de que su talento estaba intacto. O mejorado.
“Sleepy Hollow”, “Charlie y la fábrica de chocolate” y “El cadáver de la novia” (voz en esta última) todas del genial Tim Burton, son una prueba fehaciente de ello y en las que podemos disfrutar, además, de su profunda voz y de su dicción casi perfecta. Esa voz lo ha llevado a grabar canciones con el grupo Rhapsody y en alguna ocasión se ha declarado algo así como fanático del heavy metal.
Pero eso no es todo. Christopher Lee volvería aún con más fuerza que antes, volviéndose a convertir en un “villano” terrible y grandioso, o mejor dicho, en “villanos”. Y no en pequeñas producciones precisamente, pues se trata nada menos que “El señor de los anillos” en que interpreta al siniestro mago Saruman, y en “La guerra de las galaxias”, dando vida (y muerte) al conde Dooku. Con ello, una nueva generación de cinéfilos pudo conocerlo y admirarlo y hasta la crítica formuló elogios por estas últimas actuaciones, logrando ganar un premio y ser candidato a otros por su Saruman, personaje por el que siempre manifestó fascinación, así como fanatismo por la obra de Tolkien.
Pero este excelente actor nunca anteriormente había sido “considerado”, como ocurre casi siempre con quienes padecen de algún modo el encasillamiento, más aún si éste opera en el cine de horror.
No se qué pensará él, pero eso a mí no me importa. Lo que acabo de escribir es lo que pienso, es lo que siento y es lo que quiero comunicar. Y cuando el gran Christopher nos abandone – como en algún momento lo hacen todos los seres humanos – surgirán voces que destacarán su genialidad, su personalidad (que no conocieron), su versatilidad, sus records, su voz, su dicción y otras tantas características, pero se oirán tarde. No así, las que lo valoran actualmente y lo han hecho antes que, bueno es decirlo, no han sido pocas.
A estas últimas quiero sumarme. Por eso vaya aquí un homenaje modesto, pero sincero y apasionado, con respeto y admiración.
Edgardo Salatino

lunes, 6 de octubre de 2008

EL BB-DOR


Una copita de Cointreau (*) acompañada con un trozo de chocolate amargo o semi-amargo...o viceversa.

Un placer que hay que experimentar...

"Quien sabe degustar no bebe jamás el vino, sino que degusta secretos" (Salvador Dalí).


(*) Es un licor de alto grado obtenido de la destilación de cáscaras de naranja, siendo éstas de diversas variedades, tanto dulces como amargas.
La combinación de las cáscaras le confiere al licor un aroma intenso y muy natural, dificil de degustar entre lo dulce y amargo.
Debido a sus carácterísticas entra en la categoría definida como alcoholes blancos, y esto facilita su combinación en cocteles y bebidas.

jueves, 2 de octubre de 2008

EL BB-DOR

Por qué no esta noche un pescadito a la parrilla u horneado acompañado por un tinto?..Oh, no deberías escandalizarte, tú, oh noble, bravo e inconmovible defensor del maridaje de los frutos del agua con el blanco...Sólo sigue mi consejo, ve y consigue un Pinot Noir de Afredo Roca, Saurus o, más humildemente, de Trapiche (en ese orden decreciente de calidad)...y después...después me cuentas...Que las musas te inspiren y acompañen...

"Me gusta el vino porque el vino es bueno/ pero cuando el agua brota/ pura y cristalina de la madre tierra/ ¡más me gusta el vino!" (Tito Fernández)

martes, 30 de septiembre de 2008

HOMBRES DE NEGRO



Podemos decir que la película “Hombres de negro” (Men in black) es bastante famosa. Podemos decir también que muchas personas la han visto, que muchas han disfrutado de ello y otras no tanto. Y podemos decir también que fue filmada en 1997, que está protagonizada por Tommy Lee Jones y Will Smith y dirigida por Barry Sonnenfeld.
Sin embargo, no, no podemos decir todo. Al menos en lo que respecta a la última afirmación, pues quiero escribir un breve comentario y rendir un pequeño tributo a la película “Hombres de negro” (Men in black), filmada en 1934, protagonizada por Moe Howard, Larry Fine y Curly Howard y dirigida por Raymond Mc Carey. Y nominada al premio Oscar como mejor cortometraje.
Mi objetividad con respecto a Los Tres Chiflados (The Three Stooges) es inexistente. No tengo tampoco demasiada capacidad de análisis de sus películas. Soy, sencillamente, un gran fanático y lo fui desde chico, con lo que no me interesan otras circunstancias que no sean la de disfrutar de sus cortos, como el que aquí comento.
En Hombres de Negro, los tres se han recibido de médicos, con calificaciones bajísimas, pero como hacía demasiado tiempo que estudiaban (?) les otorgaron el título, siempre y cuando trabajaran “por el deber y la humanidad”. La película sigue con una serie de gags y parodias sobre el trabajo de los médicos y enfermeros en un hospital. Como ejemplo cabe recordar los continuos llamados de “Dr. Howard, Dr. Fine, Dr. Howard” a través del alta voz, la atención al paciente loco que veía pájaros y ratas que salían de sus presillas y al que Moe termina pidiendo ayuda al ver un pájaro real que se colaba en la habitación, el dictamen de los tres respecto de la paciente que no estaba en coma, sino en cama o la genial intervención quirúrgica al director del hospital que se había comido un papel con una clave, utilizando para esa extracción, un taladro industrial.
Y estos son sólo ejemplos, pues la película es desopilante del comienzo al final.
Fue el tercer cortometraje de los Chiflados, con un título que claramente parodiaba a la película Men in White, de ese mismo año y protagonizada por Clark Gable y Myrna Loy. En el podemos observar ciertos gags que luego se constituirían como una marca definitiva del trío, tal la salida en la bicicleta que llevaba a los tres o la rotura de los vidrios de una puerta por la que luego Curly entraba como si la misma estuviera sana.
Veámosla nuevamente. Y disfrutemos como siempre.
Edgardo Salatino.

domingo, 28 de septiembre de 2008

MATCH DE IMPROVISACION TEATRAL




Una vez más, recomendamos el Match de Improvisación Teatral de La Plata, un espectáculo en el que dos equipos improvisan títulos y estilos teatrales que no conocen previamente.Muy divertido...Todos los viernes a las 22 hs. en el café-concert "El Teatro", calle 43 entre 7 y 8 de La Plata.

Todos los sábados de 8 a 10 en "homoerectus" (FM Universidad Nacional de La Plata 107.7 http://www.lr11.com.ar/) se sortean entradas.

sábado, 27 de septiembre de 2008

GIALLO Y GORE. ARGENTO Y FULCI

Italia ha sido siempre uno de los países más prolíficos en lo que al arte respecta. Dante, Giotto, Machiavello, Leonardo, Rafael, Bocaccio, son sólo algunos pocos ejemplos. El arte cinematográfico no podía ser la excepción y Fellini, Visconti, De Sica, Pasolini, Scola, Mastroianni, Loren, Sordi, Manfredi son también una muestra de un amplísimo catálogo de excelencia.
Pero no todo el cine tiene directores y actores como aquellos. A veces el objetivo se centra más en el entretenimiento que en la propia expresión de arte, lo cual no constituye una cuestión menor ni poco importante. Todo lo contrario.
Buenos ejemplos de películas entretenidas y, por qué no, con algún contenido artístico, lo constituyen los géneros giallo y gore – dos subgéneros del cine de terror - y sus directores más representativos han sido Dario Argento y Lucio Fulci, respectivamente.
En breves palabras, las características más importantes del giallo son la presencia de un homicida sicópata, que deja pistas de sus delitos a los investigadores, que utiliza normalmente armas blancas y que cubre su rostro y manos. Es habitual que los crímenes se observen desde el punto de vista del propio homicida, con lo que la cámara, entonces, será los ojos del asesino. Y por supuesto, mucha presencia de sangre.
Esta última característica se intensifica por demás en el gore o splatter, donde la violencia física de diversas maneras sobre el cuerpo humano conforma su principal objeto, dejando un poco de lado, la cuestión del guion, más fuerte en el giallo.
Ciertamente que estos dos géneros, en especial el gore, provocan fanatismo y rechazo, nunca indiferencia. Quien escribe estas líneas disfruta del cine de Fellini, Scola, Pasolini, Kubrick, Lynch, Welles, Chaplin, Scorsese, Kurosawa, Costa-Gavras, etc.. Y también del de Argento y Fulci.
Muchas son sus películas, algunas muy conocidas, otras no tanto, pero casi todas con el sello indiscutibles de sus directores. Las víceras diseminadas por doquier en Fulci o las manos enguantadas del asesino en Argento, son sólo ejemplos. Pero no puedo dejar de mencionar que esas manos, en todas sus películas, son las del propio Argento.
El pájaro de las plumas de cristal, El gato de las nueve colas y Cuatro moscas sobre el terciopelo gris – la trilogía de los animales – son los primeros éxitos del giallo de Argento. Les siguen Suspiria, Rojo profundo, Tenebrae, Phenonema, Opera, Insomnio, El amo del juego, Jennifer (basada en un cómic de la vieja revista Creepy) y otras.
Lucio Fulci, por su parte, ha dirigido El más allá, La casa cercana al cementerio, El descuartizador de New York, Zombi 2, La ciudad de los muertos vivos, por citar los mejores exponentes del gore italiano, sin dejar de señalar que la segunda y la tercera cuentan con argumentos del tipo giallo.
No haré comentarios de cada película, aunque me gustaría hacerlo. Pero los nombres de estos directores hoy día son sinónimo de estos géneros cinematográficos y el solo oírlos genera en muchos, el deseo de ver el film. Espero que ese deseo se trasmita a quienes recién se inician en esta particular muestra cinematográfica. Y si bien Lucio Fulci ya no está con nosotros, por lo que aquí van un humilde pero merecido homenaje, Darío Argento continúa su labor de director y productor.
Quien busca entretenimiento, con emociones fuertes, intriga y suspenso y también buenas puestas de cámara, excelente fotografía y primeros planos (la bala entrando por el conducto de la cerradura en Opera, por ejemplo) sugiero que vea alguna película de las aquí nombradas, pues no se va a arrepentir. Y si lo hace, parafraseando al gran Arcipreste de Hita, mírala, ríe y trata de olvidarla.
Edgardo Salatino

jueves, 25 de septiembre de 2008

NOVEDAD LITERARIA: el último de Eduardo Mendoza...un grande....





En la última emisión de Homoerectus (sábado 20 de septiembre por FM 107.5 o http://www.lr11.com.ar/), recomendamos las entretenidas y por momentos desopilantes novelas del catalán Eduardo Mendoza, considerado una de las mejores plumas de la Península Ibérica en cuanto a manejo de la lengua.

Pues bien, ayer andaba chusmeando por una nueva librería que abrió en La Plata y, para mi alegría y la de muchos, encontré que ya está a la venta el último libro de Mendoza, publicado en España desde hace ya algún tiempo: El asombroso viaje de Pompinio Flato.

El título de esta novela histórica y policial insinúa algo del ingrediente cómico que posee el texto, y que se despliega a lo largo de la obra. Para muestra sólo basta un botón...así comienza:

"Que los dioses te guarden, Fabio, de esta plaga, pues de todas las formas de purificar el cuerpo que el hado nos envía, la diarrea es la más pertinaz y diligente"


Es bueno, léanlo...Adiós...me dieron ganas de ir a leer al baño...

(ah...para los que se quieran iniciar en Eduardo Mendoza recomendamos "El Misterio de la Cripta Embrujada" y "Sin noticias de Gurb")


Hernán S.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Eduardo Galeano, "Todo lo que sé lo aprendí en los cafés" (El sitio cultural del diario La Nación)

Estos son fragmentos de la entrevista, que salió el sábado en ADN, a quien nos adentró a las venas de nuestro hermoso continente y los dráculas autóctonos y extranjeros, el maestro Eduardo Galeano, el surayado me pertenece:

"El último de los mohicanos de los cafés donde me formé. Yo no tuve educación formal. Seis años de primaria -cuenta el escritor uruguayo- y uno de liceo [secundaria]. Todo lo que sé lo aprendí en los cafés que ya no están, escuchando a los narradores anónimos, que me enseñaron a contar lo que ocurrió de tal manera que vuelva a ocurrir. Sólo el Brasilero sobrevivió." Sobrevivió gracias al recuerdo y la voluntad. "Quienes lo compraron durante la dictadura hicieron lo mismo que la dictadura: lo vaciaron y se llevaron todo, hasta las maderas del piso se llevaron. Pero este café tiene la singularidad de que después fue reconstruido con las viejas fotos y los recuerdos de sus clientes de antes. Los recuerdos son nuestros."
En Espejos y sus antecesores la perspectiva y el factor de selección de las historias son, como desarrolla en la charla, "lo no dicho, la historia de los nadies, de los ninguneados, que es donde están las voces que más vale la pena escuchar. El punto de vista de los excluidos, de los no nombrados, de las mujeres, los negros, los indios, el Sur del mundo, los judíos, los gitanos, los despreciados y perseguidos. Viendo la historia desde ese punto de vista, te enterás de una cantidad asombrosa de historias que hay que contar".
Publiqué una novela a los 21 años, bastante mala, Los días siguientes , muy pavesiana, y dos o tres libros que son como una prehistoria literaria, pero no me lo tomaba en serio porque me sentía periodista, amaba el mundo de las redacciones y las imprentas. Yo era jefe de redacción de Marcha y suena de lo más impoluto, pero yo me enchastraba de tintas de la cabeza a los pies porque armábamos Marcha al viejo estilo: hierro, linotipos, plomo. Fue a partir de Las venas abiertas de América Latina cuando me empecé a tomar en serio este asunto de escribir libros y ahora me gusta más que escribir artículos. -(...)-
-¿Cuánto tardó en escribirlo? -Tres meses. Pero estuve recogiendo materiales durante cuatro años. La escritura me llevó noventa noches y litros de café.
Cuando los libros son verdaderos te escriben, nacen de adentro hacia afuera. El libro se fue armando dentro de mí y la verdad es que no me costó mucho la escritura. Ahora, con el paso del tiempo, soy cada vez más exigente y puedo llegar a suicidarme si puse una coma fuera de lugar. ...se fue un libro hecho con las urgencias del trabajo periodístico.
-Muchísimo. Se va de decir poco con mucho a decir mucho con poco. Al revés de los que creen que ya que no somos profundos tenemos que ser complicados, lo mío es un viaje hacia la desnudez del texto y la palabra, la palabra desnuda.
-Se fue dando, en la medida en que uno también a lo largo de la vida va tratando de reunir sus pedazos. Padecemos un sistema del desvínculo que nos ha condenado a la especialización, a la fractura, al divorcio de las partes que a uno lo integran. Durante mi infancia, por ejemplo, el divorcio del cuerpo y el alma. Tuve una infancia muy católica, me enseñaron a no confundir la bella con la bestia, el alma con el cuerpo. Y me costó unos cuantos años enterarme de que somos "almuerpos" o "cuerpalmas", y que tal divorcio no existe o no debería existir.
Claro, el libro fue escrito para tratar de comprender un poco mejor el mundo en el que vivimos y para tratar de recuperar los espléndidos colores del arco iris humano, mutilados por culpa del machismo, racismo, elitismo, militarismo y no sé cuántos "ismos". Y lo mismo con los géneros literarios. A medida que iba avanzando en este oficio de escribir, me daba cuenta de que lo que iba haciendo era cada vez menos clasificable porque trataba de integrar lo que estaba desintegrado, de borrar las fronteras entre los géneros literarios y no darles bola a los guardias aduaneros que son los especialistas en literatura, los expertos, los ideólogos.
(...)Fui buscando cómo salvar la distancia entre el deseo y el mundo, entre lo que quería decir y lo que podía decir. Iba redescubriendo un lenguaje que era el mío e integraba todos los lenguajes.
-Nunca distinguí el periodismo de los libros. Son formas de expresión literaria. El periodismo escrito es una forma de literatura, pero la diferencia fundamental entre el género periodístico y el literario es el tiempo de elaboración. El periodismo tiene urgencias que a veces son enemigas de la calidad, y el libro te permite trabajar los textos con más tiempo y cariño.
-Para sus libros, maneja primero una enorme masa documental y de información. En Espejos aclara que de haber incluido las fuentes bibliográficas, el volumen se habría duplicado. -A veces son documentos o información que tienen que ver con la historia y a veces con el presente. Pero cada historia que escucho -porque en general cuento cosas que han ocurrido, que ocurren-, trato de confirmarla o de explorarla más a fondo, y proviene de esta libretita enana que siempre llevo en el bolsillo. ¿Ves? [Muestra una libretita ínfima.] Anoto cosas que leo o que me llaman la atención. Mirá qué hermoso esto del escritor gallego Álvaro Cunqueiro sobre el exilio: "Cada hombre lleva una isla en la nostalgia a la que sueña con regresar. Cuando en esa isla llueve, llueve en su corazón". También comentarios de fútbol, soy muy futbolero: "Las lágrimas riegan las mejillas del Titán Palermo", de una transmisión de un partido en el que ganó Boca. Muchas de esas cosas después se convierten en textos. Otras no. -Acá empiezan sus libros. -Acá, y después van al papel y después a la computadora en versiones donde vuelvo a reelaborar. Esto es de ayer, un grafiti en la playa del Buceo: "No pegues a los niños, ahora portan armas". -¿Cómo selecciona el material? -Trato de entrar en el pasado sólo cuando lo siento presente, cuando en lo que ocurrió siento vibraciones que no son pasadas sino presentes. El desafío es: a ver cómo hago para contar esto que ocurrió y lograr que ocurra cuando lo cuento. Es el hígado el que me lo dice, no un criterio racional. Siento que eso me da un golpecito en la espalda y me dice: "Oiga, oiga, ¿no le gustaría contarme?" -¿Y su obra de ficción? -Poca cosa, te digo. Ya me siento muy lejos de eso. -¿Por qué? -Me siento mucho más cómodo trabajando con la realidad y tratando de revelar las realidades que la realidad esconde, porque la realidad es real en la vigilia y también en el sueño y la pesadilla. Hay muchas realidades dentro de la realidad y el desafío de revelarlas me atrae más que la imaginación pura y desprendida. Hice, sí, libros de ficción, pero no es en lo que más me reconozco.
(...)Porque ésa es una de las pocas cosas en las que no coincido con Julio Cortázar, que fue mi amigo entrañable y maestro. ...l hablaba del lector hembra y todas esas cosas. Y no, nada de eso, el lector no es pasivo nunca. Cuando es verdadero, el lector crea contigo, es un diálogo que después convierte el libro en cosa de él o de ella, ya no tuya. El libro deja de pertenecerte y se incorpora al que lo lee, y dentro del que lo lee se va convirtiendo en otra cosa.
-Es el mismo pánico que sentí a los 14, 15 años, cuando empecé a intentar escribir y a publicar alguna cosita en los semanarios socialistas. Me daba un pánico tremendo la hoja en blanco, me hacía temblar las rodillas. Y ahora también. Y es la prueba de que, más allá de la edad, sigo teniendo esa energía juvenil, porque el miedo indica que uno está muy metido en lo que hace, si no, no tendrías miedo de no poder hacerlo. Hay una responsabilidad en el oficio de escribir que no depende de si se escribe un artículo, una canción, un guión, una novela, sino del hecho de que esas palabras, si se imprimen, se dirigen a otros e influyen en otros.
-En el periodismo ya no está muy generalizada la conciencia de esa responsabilidad.
-No, y tampoco en algunas formas de expresión puramente literarias, por ejemplo, en las ciencias sociales.
-Y en algunas obras de ficción.
-Sí, eso es una regla de juego del mundo moderno, donde todo existe por un ratito. Ya no hay la intención de escribir para después, se escribe para el instante y eso en periodismo es legítimo e inevitable, pero en otras formas de expresión literaria ya no funciona. -¿Qué opina del periodismo actual? -Los espacios de independencia se han ido encogiendo muchísimo. Hubo una concentración de poder enorme en el mundo periodístico. El derecho de informar está cada vez en menos manos y eso implica un nivel de manipulación que antes no existía y que lo practica la televisión más que la prensa escrita. Pero también en la prensa se manipula. Hugo Chávez y Evo Morales triunfaron en plebiscitos revocatorios, Evo por más del 67% de los votos, y eso contradice lo que la prensa más influyente del mundo dice de los dos personajes: que son dictatoriales e impopulares. Imaginate si Bush hubiera hecho un plebiscito revocatorio.
-El arte siempre es así, una mentira que dice la verdad, y es curioso, porque es una paradoja.
Recupero lo que creo que es la verdad verdadera desde mi punto de vista, porque hay muchísimas verdades posibles dentro de cada verdad. Todo depende del punto de vista. Desde el punto de vista de una lombriz, un plato de espaguetis es una orgía. Espejos intenta ver la historia -el tiempo que pasó y el que ocurre- desde el punto de vista de los excluidos, de los no nombrados, de las mujeres, los negros, los indios, el Sur del mundo, los judíos, los gitanos, los despreciados y perseguidos. Viéndola así, te enterás de una cantidad asombrosa de historias desconocidas que vale la pena contar, como si estuviéramos alrededor del fuego.
Porque a lo largo de los años no he hecho más que confirmar que toda esta filosofía del éxito obligatorio impuesta por los amos del mundo nace de una gran mentira que consiste en suponer que ganan los mejores, y eso no es verdad. Ni han ganado ni ganan los mejores. Y mucha de la gente que tenía razón perdió, y mucha de la gente que decía la verdad terminó atada a un palo y quemada viva por la Inquisición. Cuando Giordano Bruno decía que la Tierra giraba alrededor del Sol y que el Sol era una de las estrellas, fue quemado vivo. La razón la tenía él y no los quemadores.
Por Inti Pérez Aznar.

domingo, 21 de septiembre de 2008

LITERATURA: CREANME QUE VALE LA PENA...



Esta semana recomiendo fervientemente las novelas de David Trueba, autor español, nacido en Madrid en 1969, con una ínteresante producción, que incursiona en el cine, la tele, la radio y, por supuesto, la literatura.

Sus libros están maravillosamente escritos, son muy entretenidos, incorporan un humor que por momentos resulta desopilante y, a la vez, toques de profunda reflexión respecto de temas más bien vinculados a las relaciones humanas (familiares y de amistad por ejemplo).

Yo comenzaría por leer Abierto toda la noche, novela que discurre sobre la historia de una alocada familia, atravesada por diversos problemas individuales y de grupo, con personajes realmente bizarros: un abuelo que que cree tener visiones divinas, una abuela que manda cartas a su amiga muerta hace tiempo, uno de los hijos afectado por un desagradable acné que se presenta a los demás utilizando una máscara...en fin, un psiquiatra que para ayudarlo monta una clínica de campaña en el jardín de la familia y contrata a su hermana puta para que seduzca al paciente y eleve su autoestima.

El libro comienza con la siguiente frase, muy elocuente, que resume un poco la historia de la familia y, si me apuran, la de todos nosotros:

" Habrá tanto dolor como placer, tanta soledad como compañía, tantas bofetadas como besos". Dios

Una más: la amiga muerta le escribe a la abuela una última carta antes de partir:

"Si esperas, te contaré lo que nos aguarda después de la muerte. Amiga, tú y yo sabemos que vivir no ha estado nada mal, ¿por qué no habría de ser aún mejor lo que viene detrás? Ahora me parece obvio que la muerte es el estado normal y vivir el accidente. ¿Y encuentras alguna razón más justificada para morirse que el saber lo que nos espera? Que no digan: murió de cáncer o de un tumor cerebral. Que digan: murió por curiosidad".
Última carta de Ernestina Beltrán a Alma Belitre.

Finalmente, otro de los recomendables de Trueba es Cuatro amigos, que narra un alocado viaje de vacaciones de, precisamente, cuatro amigos veinteañeros, con una historia de amor de fondo. Es una suerte de comedia dramática.

Así comienza Cuatros amigos:

"Siempre he sospechado que la amistad está sobrevalorada. Como los estudios, la muerte o las pollas largas. Los seres humanos elevamos ciertos tópicos a las alturas para esquivar la poca importancia de nuestras vidas. De ahí que la amistad aparezca representada por pactos de sangre, lealtades eternas e incluso mitificada (…). No debe ser tan sólido el vínculo cuando la lista de amigos perdidos es mayor que la de amigos conservados.

(Los libros de Trueba están publicados por Anagrama...ah, el último se titula Saber Perder...)

Muchas gracias por su gentil atención y hasta pronto....

Hernán S.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Los lápices pueden descansar un poco más en paz.

Hay muchas formas de simbolizar el terror. De ejercerlo. Treinta años después seguimos intentado desentrañarlo. Lo vamos conociendo a través del valioso testimonio de aquellas personas que sobrevivieron a todo tipo de vejámenes, que grabaron en su memoria cada nombre, cada escalón que iban recorriendo con los ojos tapados. “Guardé cada detalle durante treinta años hasta que llegará este momento…lo hice por la memoria de mis compañeros desaparecidos” dijo un testigo en el juicio oral que se enjuicia a los militares responsables del Centro Clandestino de Detención “Mansión Seré”.
La crueldad de esa “casona del terror” fue retratada en "Crónica de una fuga" por el cineasta Adrián Caetano. Casi toda la gente que la vio me comentó que por momentos le parecía insostenible este film, al ver la deshumanización con la que actuaban los represores. Por suerte la sociedad toda está abriendo los ojos de la magnitud de lo sucedido. De cómo fue instaurado un plan que no tuvo límite alguno.
En nuestra ciudad sobran ejemplos de este oscuro período. Tuve la suerte de concurrir al Colegio Nacional, donde desde el día que ingresé me transmitieron valores que en ese momento, 1992, no estaban muy en boga, como eran la memoria, la justicia, el respeto por el otro.
Pese a que a veces los tildan de elitista, el orgullo que lleva quien ha concurrido al “Nacio”, lo mantiene toda la vida. Bastaba con sobrepasar esas grandes puertas de madera y vidrio para respirar su aire libertario y democrático. Recuerdo que un profesor decía que los pasillos del nacional hablaban, y creo que, en cierta parte, era cierto.
Por un lado hablaban los profesores y alumnos que hicieron posible que el Colegio sea visto como unos de los más prestigiosos del país y de la región, que nos hacían tener una mirada crítica.
Pero no son todas voces felices las que murmuran en sus pasillos. También se escuchan lamentos y sollozos. Son los de aquellos jóvenes irreverentes, lo cual para mi es una virtud, que quisieron llevar a la práctica, desde sus ámbitos, este querer cambiar las cosas y lo pagaron con sus propias vidas. Los de aquellos que lucharon por tener una sociedad más igualitaria.
Es que la historia de los alumnos también lleva una parte escrita con la sangre de 96 jóvenes que quisieron poner en práctica aquello que aprendieron en el Colegio Nacional de La Plata. Se dice que ostenta el triste record de ser el segundo colegio secundario con más desaparecidos del país, siguiendo a su homónimo de Buenos Aires. Me atrevo a decir que está coincidencia tampoco fue casualidad.
Ayer 16 de septiembre de 1976 se cumplieron 32 años del día en que se mandó a reprimir, torturar y asesinar a un grupo de jóvenes estudiantes secundarios que lucho por derecho tan elemental, como el acceso a un boleto secundario.
Por suerte, los lápices que en aquella época escribían la historia negra hoy están siendo juzgados y las autoridades de la Nación, y del Colegio y de la Universidad de La Plata tampoco olvidaron.
Después de 105 años un presidente democráticamente electo, en este caso una presidenta, no olvido y honró a la lucha de su generación aportando a la reconstrucción del Colegio que se que se enorgullece en formar humanistas. Allí en donde a esos jóvenes y a los de la actualidad nos enseñaron esa sana idea de querer cambiar el mundo.
Creo íntimamente que son pequeñas cosas que hacen que los lápices escriban una nueva historia y los lamentos que ventilan los viejos pasillos del Nacional hoy puedan descansar un poco más en paz.

*Por Inti Nahuel Pérez Aznar, ex alumno del Colegio Nacional de La Plata Rafael Hernández (promoción 1997).

martes, 16 de septiembre de 2008

Algo de Cine y algo de Derecho

En la columna “El cine que algunos ven” que tiene su espacio en “Homo Erectus”, tuve la oportunidad, en dos ocasiones, de relacionar una película con un artículo de Derecho. En realidad, no fui yo quien formuló esa relación, sino que fue Víctor Abramovich y es a él a quien corresponden los créditos.
Los artículos analizan cuestiones jurídicas, incidentalmente viajan cada uno a una película y se titulan “Los inútiles” y “El complejo de Rock Hudson”. Por mi parte y siguiendo la orientación de mi columna, hice mayor hincapié en el aspecto cinematográfico que en el jurídico y eso mismo trataré de hacer en la siguientes líneas.
En primer lugar tenemos esa maravillosa película llamada “Los inútiles” (I Vitelloni, 1953). Dirigida por Federico Fellini, protagonizada en Franco Fabrizi, Franco Interlenghi, Alberto Sordi, Leopoldo Trieste, Leonora Ruffo y Lida Baarova. Justamente trata de cinco inútiles. No trabajan, nunca lo han hecho, no tienen intención alguna de hacerlo y desprecian a quienes sí trabajan.
La famosa escena en que el grupo viaja en auto por una ruta y Alberto (Sordi) va con medio cuerpo fuera del vehículo, cuando ve a un grupo de obreros trabajando con sus palas y picos a un costado de la ruta y les grita “Laboratori” para luego hacerles el clásico “corte de manga” y emitir con su boca la “pedorreta” de burla. Lamentablemente para ellos, el automóvil sufre un desperfecto mecánico y se detiene, lo cual da oportunidad a los trabajadores burlados, de contestar la burla a golpes por doquier.
Esta es la escena que mencionó Abramovich en su artículo, cuando compara esa actitud, con la tomada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en una composición anterior, en un fallo a través del cual dejó sin seguro de desempleo a miles de trabajadores momentáneamente desocupados.
La otra película es “Man’s Favorite Sport?” (1964), típica comedia de Hollywood de las décadas del 50 y 60, es conocida aquí como “Su juego favorito” o “Su deporte favorito”. La traducción más exacta sería “El deporte favorito del hombre” y en sentido interrogativo, pero en nuestras tierras, como en muchas otras, el gusto por no traducir los nombres de las películas (y de algunas canciones) y en su lugar poner otro cualquiera que nada tiene que ver con su original, es algo que ha existido siempre y existe actualmente. Tengo esperanzas que eso cambie.
En esta película, dirigida por Howard Hawks (quien dirigió la magistral “Scarface” en 1932), Rock Hudson interpreta a Roger Willoughby, un dependiente de un importantísimo centro de ventas de pesca que ha escrito un libro sobre la pesca y al que podríamos considerar como el manual más completo en lo que a la materia hace. Las personas relacionadas con el mundo de la pesca lo consideran una autoridad, un experto, alguien que conoce todo lo que hay que saber sobre pesca.
Pero Roger es invitado a participar en un concurso nacional de pesca y allí surge que él nunca había estado en un río, nunca ha pescado, no sabe nadar, no sabe manejar la lancha. Todo lo sabe por haber leído libros de libros.
Aquí aparece la vieja dicotomía entre práctica y teoría y el film trata de resaltar que lo mejor es poseer ambas.
Aquí, desde mi punto de vista por demás parcializado (admirador de Fellini y poco conocedor y cultor del cine de comedia de Hollywood de los años 50 y 60) la esencia de este comentario radica más en el artículo que en el filme, ya que el cuestionamiento se orienta directamente al sistema tradicional de enseñanza del Derecho y podemos del mismo modo, extenderlo a otras materias.
El artículo puede leerse en forma autónoma, por supuesto, pero recomiendo para quienes no estudian derecho, ver la película en primer término, que resultará entretenida y generará, seguramente, un rato de distensión.
En el caso de la película “Los Inútiles”, no es recomendación sino conminación a verla. Podrán luego leer el artículo, pero no dejen de ver a Sordi y a Interlenghi, entre otros, descollando junto a la maravillosa dirección de Fellini, riéndose de ellos mismos pero observando la realidad social tal cual era, como más de una vez hemos podido observar en ese cine italiano que tanto nos gusta.
Edgardo Salatino

sábado, 6 de septiembre de 2008

LA VERDAD

Recuerdo que cierta vez un viejo obispo danés me dijo que hay muchos caminos para llegar a la verdad, y que el borgoña es uno de ellos"

(Karen Blixen, Siete cuentos góticos).

LITERATURA: EL RECOMENDADO DE LA SEMANA


"La ley. Una ley, pensaba, aunque sea inicua, siempre es una forma de la razón: para lograr el fin de extrema y definitiva iniquidad, los mismos que la han querido y que la han hecho están obligados a infringirla, a violarla. El fascismo también era eso: conculcar incluso sus propias leyes. T el comunismo de Stalin también, o más aún".
"¿ Y la pena de muerte? Pero la pena de muerte no tiene nada que ver con la ley: supone consagrarse al delito, consagrarlo. Una colectividad siempre dirá, por mayoría, que es necesaria, precisamente porque se trata de una consagración. Lo sagrado, cualquier cosa que guardase relación con lo sagrado...El oscuro fondo del ser, de la existencia"

(Leonardo Sciascia, El Caballero y la Muerte, Editorial Tusquets).

Un autor muy recomendable, de novelas más bien cortas, ambientadas sobre todo en el sur de Italia -Sciascia es siciliano (valga el juego de palabras)-, que recrean la cultura de esa región de una forma magistral. Son relatos policiales o detectivescos, que tocan temas relacionados con la mafia, el fascismo y la corrupción política. Si consiguen "Puertas Abiertas", es hermoso alegato contra la pena de muerte, que fue llevada al cine (la película la pasan de vez en cuando por "Europa Europa", también la recomendamos).

lunes, 1 de septiembre de 2008

Pronósticos y MenSajes No positivos.

“Preparan los tractores para movilizarse”, dice la frase con la cual me recibe la página de internet a la cual me suscribí hace más de siete años para tener una cuenta de correo electrónico. Unos centímetros más arriba se ve la imagen del revolucionario campestre Buzzi y del sobrino nieto de Martínez de Hoz, quien por un tiempo no dice nada de su promesa de cometer desacato si los representantes del pueblo no votaban de acuerdo a su bolsillo, cuyas humanidades confluyeron en el súper martes de las plazas.
Ellos se aglomeraron entre la teflonaria Libertador, con la protección del zoológico que les servía de escudo por cualquier aluvión. Les faltó aclarar al sitio de internet si los tractores eran para cortar rutas y desabastecer o para hacer alguna visita “democrática” a quien no quiere votar a favor de sus verdes intereses.
Pero no quiero perder el hilo ni indigestarme a la hora de la merienda y, mientras me pongo las zapatillas para ir a correr, me viene a la cabeza que en la misma página cuyo nombre empieza con H y que pertenece al hombre más rico del planeta me enteré la semana pasada que los “las calificadoras de riesgo Standard and Pool´s y Modys bajaron las calificaciones de Argentina y “los inversores” no tienen las mejoras expectativas en nuestro país” o cosas por el estilo. ¿Se les habría olvidado que estás mismas consultoras no pudieron predecir la mayor crisis económica de los Estados Unidos en casi un siglo? ¿Qué son las mismas entidades que durante el menemato elogiaban a la Argentina como el mejor alumno del Tío Sam, mientras nos llevaba a una crisis que todavía hoy estamos pagando?
Porque traigo a colación estas dos noticias, porque resulta ser que está página, que al día de hoy proporciona una herramienta de trabajo indispensable, no es justamente lo que se dice un servicio de información sino un servicio de correo, manda pequeños mensajes decodificados de la misma tesitura que los grandes medios afines a los empresarios del agro y a los “pronosticadores políticos”. En el mismo sentido negativo no muy acorde a una economía que crece a tazas chinas desde hace cinco años, pese a una leve desaceleración.
No es que uno sea un iluso y crea que todo este perfecto pero no me creo en las casualidades de los mensajes no positivos reinantes en los últimos meses. Todos para el mismo lado, endiosando a quien no tuvo excusa más egoísta que pensar en las palabras de su hija, en detrimento de un plan de gobierno que había acordado hacía unos pocos meses y por el que había sido votado por una cantidad importante de la ciudadanía.
Tratando como el nuevo representante de los trabajadores a quien se llamó a no robar por 2 años, ahora que está bendecido. Elogiando como estadista a quien llevó a la Provincia de Buenos Aires a una de sus peores crisis y no llegó a la Presidencia justamente por el voto popular.
Ah¡ tengo la noticia de mañana de MenSages No positivos, la pronosticadora del campo, que, aunque después no la dejen subir a la tarima a festejar -vaya uno a saber qué los unía- con Luisito el sindicalista y Llambias-Martínez de Hoz, ha hecho su anunció que si no se hace lo que ella dice, este gobierno no llega a diciembre. Todo muy democrático, constructivo, respetuoso. Muy PROgresista, lo que se dice un MenSaje No muy positivo ni respetuoso de sus intocables instituciones.
Inti Nahuel Pérez Aznar.

sábado, 30 de agosto de 2008

Espectáculo recomendado

Recomendamos el Match de Improvisación Teatral de La Plata, un espectáculo en el que dos equipos improvisan títulos y estilos teatrales que no conocen previamente.
Muy divertido...
Todos los viernes a las 22 hs. en el café-concert "El Teatro", calle 43 entre 7 y 9 de La Plata.

jueves, 28 de agosto de 2008

SABUDIRIA GRIEGA

HAY MUCHO QUE APRENDER DE LOS VIEJOS GRIEGOS QUE, SIN DUDAS, SENTARON LAS BASES DE TODA LA FILOSOFÍA POSTERIOR. CUALQUIER CORRIENTE QUE ESTUDIEMOS EN NUESTROS DÍAS PUEDE SER NTERPRETADA DESDE LAS CATEGORÍAS DE LA FILOSOFÍA GRIEGA...
PUES BIEN, LOS GRIEGOS DECÍAN QUE HAY DOS PALABRAS QUE ABREN AL HOMBRE TODAS LAS PUERTAS:

EMPUJAR Y TIRAR.

El Estado de las clases medias.

* Inti Nahuel Pérez Aznar

El lock out patronal que siguen adelante los sectores económicos agropecuarios y el conflicto que este generó con el gobierno nacional al extenderse el porcentaje de retenciones a las exportaciones trajo una vieja discusión a las clases medias y altas argentinas. Esta es la de renegar del rol del Estado en la Economía del país y la intervención de este para morigerar los efectos del libre mercado.
Los grandes centros urbanos, en su mayoría, nuevamente le dieron la espalda a los sectores más necesitados de la sociedad una vez que pudieron salvar sus ropas, expresando su descontento hacia que el Estado, por medio de tributos, tome las rentas extraordinarias para efectuar una redistribución de riquezas que actúe como equilibrio entre las clases sociales.
La intervención en la economía parecería que es mala palabra para los sectores medios, pero también es una falacia. Fue el Estado el que en el gobierno de Menem pedía préstamos al FMI y al Banco Mundial para que se sostengan el modelo del 1 a 1, la heladera en cuotas y los viajes por el mundo, que tanto favoreció a la clase media y que tuvo un impacto demoledor en la Industria y el campo.
Al mismo tiempo las recetas del Consenso de Washintong llevaban a la destrucción de la estructura estatal. A un grave deterioro de un sistema de salud y de educación únicos en la región. A la venta a precio módico de los servicios públicos esenciales y los recursos naturales no renovables. Mientras tanto, el caudillo riojano era recibido con honores por la gran fiesta del campo en la Sociedad Rural y era reelegido por una sociedad que hacía la vista gorda al desempleo y la marginalidad cada vez mayor.
Fue también el Estado el que en el 2001, durante la peor crisis económica de la historia del país, intervino para la pesificación de las deudas bancarias que tanto afectaron a la clase media, evitando la ejecución de las hipotecas y la consecuente venta de casas de familias y campos.
También hizo lo propio con la pesificación asimétrica que licuó las deudas de grandes empresas, sin que ningún conglomerado mediático proteste por ello. Esto mientras uno de cada tres argentinos estaba desocupado y muchas de estas personas salían a las calles a manifestar su desesperación, ante el descontento de algunos sectores, que en ese momento cuestionaban la legalidad de los cortes y hoy los festejan.
Ese Estado es el mismo que, más allá de cuestiones de tácticas políticas en las que no me corresponde ingresar, hoy tiene la obligación de intervenir una vez más en la intermediación de bienes, de redistribuir las rentas extraordinarias, para así nivelar los desequilibrios a favor de quienes son más perjudicados en el reparto de las riquezas. Ya sea aumentando remuneraciones, construyendo caminos, escuelas u hospitales o evitando que se disparen los precios.
Los que tenemos hemos estudiado leyes debemos recordar, aunque no se ahonde mucho en la carrera, que la equidad es uno de los valores escenciales del conjunto de normas que regulan a la ciudadanía. Aquel contrato social del que hablaba Rousseau comienza a resquebrajarse cuando existen brechas tan bochornosas que permiten que unos pocos tengan tanto y otros muchos tan poco. Igualdad, libertad, fraternidad eran los principios que rezaba aquella primer revolución cívica, hace ya más de dos siglos en Francia, que luego inundó a los demás sistemas jurídicos. Hoy podríamos recordarlos para que la clase media una vez más no quede en off side entre los discursivo y la realidad.
*Abogado especializado en Derechos Humanos.

El oro y el barro.

* Inti Nahuel Pérez Aznar
Eran principios de los 90 y también de mi adolescencia. Cuando llegaba del Colegio Nacional, en mi casa, se veía una serie de televisión llamada “El Oro y el Barro”, en la que actuaban Miguel Angel Solé, Marú Valdivieso y Darío Grandinetti.
No recuerdo mucho más de ella, pero si que era un momento en donde pasaban cosas importantes en nuestro país. Por mi edad no tenía una gran noción de ello, pero las caras largas abundaban en un hogar muy politizado y ligado a lo público. Recuerdo palabras como desguace del Estado, desocupación, privatizaciones, impunidad, pobreza, reforma educativa, FMI, 1 a 1, pizza y champagne. Eso si, no recuerdo haber escuchado ningún cacerolazo o algo que se le estile.
Hace unos días volvió a mi cabeza el título de aquella serie. No por haber visto algo que hacia referencia a ella. Ni por su contenido. Recordé su título cuando escuche a varias personas de diferentes ámbitos hacer referencias vagas a la hora de clasificar a las personas que habitan a nuestro país.
Por un lado dirigentes del agro diferenciando piquetes blancos de piquetes negros. Como si el color de piel o la pertenencia de clase, otorgue mayores derechos, como si el esplendor de su nivel adquisitivo y sus poder de consumo brillen como el oro y por ello prevalezcan sobre la escasez de quienes realizan cortes de ruta para acceder a derechos o a bienes de consumo más esenciales en la vida de las personas, el barro.
Por otro lado se palpaba cierta diferenciación en un aspecto parecido el día martes 25, mientras la televisión transmitía la movilización ¿espontánea? a Plaza de Mayo que hacía sonar sus cacerolas por un descontento que todavía no queda muy claro. ¿A favor del campo? ¿En contra del gobierno? ¿En contra de que se reparta un poco la torta?
La cuestión es que los movileros, así se los llama, diferenciaban a cada rato la “gente” que poblaba la plaza en ese momento, de los “piqueteros” que disputaban por entrar a ella. Esto sin entrar a considerar las violencias ejercidas, por un lado al pedir que se vaya un gobierno constitucional y democráticamente elegido, por el otro, la de quienes desalojaron por la fuerza a este grupo. De diferente índole, pero violencias al fin. Más allá de esto, el martes los ciudadanos se fueron a dormir con la sensación instaurada por los medios de que la protesta de la “gente” era más legítima que la de los “piqueteros. El Oro y el Barro.
Imágenes: el miércoles 26 salía de ver las conmovedoras fotografías de Gustavo Germano y Adriana Lestido en el Centro Cultural Recoleta. Cruzaba la Avenida Alvear cuando comencé a escuchar un ruido metálico. Allí estaban ell@s en sus coquetos departamentos al ritmo de las cacerolas. Pensè incrédulamente ¿porque protestan? Cuando baje la mirada, observé a una familia completa rompiendo la basura buscando comida. Allí frente a sus narices, hurgando su basura. Hace días que me retumba en la cabeza una pregunta ¿alguna vez en todos estos años habrán hecho sonar algún artefacto de cocina frente a semejante injusticia? El Oro y el Barro.
*Abogado especialista en Derechos Humanos.

Un recomendado...para leer subrayando


Era un obsesivo de la limpieza, a tal punto, que no subrayaba los libros siquiera...como para no ensuacirlos. El tiempo pasó, las cosas cambiaron, comencé a descuidar mi estética y también a marcar los libros...
Ahí va uno que rayé de punta a punta: "El Vano Ayer", de Isaac Rosa, Ed. Seix Barral.
Es una mirada del franquismo diferente a la que solemos ver, sobre todo, en el cine español, tan afecto a caricaturizar esa época, a crear personajes casi grotescos que, a veces, terminan por tender un manto de indulgencia sobre tan tenebrosa etapa.
Vale la pena, tiene muchos paralelos con nuestra historia reciente...