jueves, 18 de septiembre de 2008

Los lápices pueden descansar un poco más en paz.

Hay muchas formas de simbolizar el terror. De ejercerlo. Treinta años después seguimos intentado desentrañarlo. Lo vamos conociendo a través del valioso testimonio de aquellas personas que sobrevivieron a todo tipo de vejámenes, que grabaron en su memoria cada nombre, cada escalón que iban recorriendo con los ojos tapados. “Guardé cada detalle durante treinta años hasta que llegará este momento…lo hice por la memoria de mis compañeros desaparecidos” dijo un testigo en el juicio oral que se enjuicia a los militares responsables del Centro Clandestino de Detención “Mansión Seré”.
La crueldad de esa “casona del terror” fue retratada en "Crónica de una fuga" por el cineasta Adrián Caetano. Casi toda la gente que la vio me comentó que por momentos le parecía insostenible este film, al ver la deshumanización con la que actuaban los represores. Por suerte la sociedad toda está abriendo los ojos de la magnitud de lo sucedido. De cómo fue instaurado un plan que no tuvo límite alguno.
En nuestra ciudad sobran ejemplos de este oscuro período. Tuve la suerte de concurrir al Colegio Nacional, donde desde el día que ingresé me transmitieron valores que en ese momento, 1992, no estaban muy en boga, como eran la memoria, la justicia, el respeto por el otro.
Pese a que a veces los tildan de elitista, el orgullo que lleva quien ha concurrido al “Nacio”, lo mantiene toda la vida. Bastaba con sobrepasar esas grandes puertas de madera y vidrio para respirar su aire libertario y democrático. Recuerdo que un profesor decía que los pasillos del nacional hablaban, y creo que, en cierta parte, era cierto.
Por un lado hablaban los profesores y alumnos que hicieron posible que el Colegio sea visto como unos de los más prestigiosos del país y de la región, que nos hacían tener una mirada crítica.
Pero no son todas voces felices las que murmuran en sus pasillos. También se escuchan lamentos y sollozos. Son los de aquellos jóvenes irreverentes, lo cual para mi es una virtud, que quisieron llevar a la práctica, desde sus ámbitos, este querer cambiar las cosas y lo pagaron con sus propias vidas. Los de aquellos que lucharon por tener una sociedad más igualitaria.
Es que la historia de los alumnos también lleva una parte escrita con la sangre de 96 jóvenes que quisieron poner en práctica aquello que aprendieron en el Colegio Nacional de La Plata. Se dice que ostenta el triste record de ser el segundo colegio secundario con más desaparecidos del país, siguiendo a su homónimo de Buenos Aires. Me atrevo a decir que está coincidencia tampoco fue casualidad.
Ayer 16 de septiembre de 1976 se cumplieron 32 años del día en que se mandó a reprimir, torturar y asesinar a un grupo de jóvenes estudiantes secundarios que lucho por derecho tan elemental, como el acceso a un boleto secundario.
Por suerte, los lápices que en aquella época escribían la historia negra hoy están siendo juzgados y las autoridades de la Nación, y del Colegio y de la Universidad de La Plata tampoco olvidaron.
Después de 105 años un presidente democráticamente electo, en este caso una presidenta, no olvido y honró a la lucha de su generación aportando a la reconstrucción del Colegio que se que se enorgullece en formar humanistas. Allí en donde a esos jóvenes y a los de la actualidad nos enseñaron esa sana idea de querer cambiar el mundo.
Creo íntimamente que son pequeñas cosas que hacen que los lápices escriban una nueva historia y los lamentos que ventilan los viejos pasillos del Nacional hoy puedan descansar un poco más en paz.

*Por Inti Nahuel Pérez Aznar, ex alumno del Colegio Nacional de La Plata Rafael Hernández (promoción 1997).

2 comentarios:

Ezequiel dijo...

Tamburrini y Fernández mencionaron con insistencia en sus testimonios, ya en 1985, en la Causa 13, de nuevo en 2006, y otra vez en 2008, a un represor de apellido "Scali", al que llamaban "el tano", que sería uno de los jefes de la patota. Una pena que todavía no esté identificado: normalmente, no contamos con el apellido.

Ezequiel dijo...

Muy buena la nota. Voy a seguir atentamente este sitio.
Ezequiel Meler
www.noticiasdelsur.com