viernes, 17 de julio de 2009

Rorschach, Rorschach y el test de Rorschach











Ví la película Watchmen apenas se estrenó. Y me gustó. Y la comenté en el programa, lo que implica evitar innecesarias repeticiones o no volverlo a escribir “en homenaje u honor a la brevedad” como erróneamente se suele escribir en resoluciones judiciales, ya que la brevedad no es un dios o un prócer y no hay por qué rendirle honores (Fayt).
Pero sí puedo rendirle honores a una novela gráfica como Watchmen. Y en ella, como en la película, hay una escena que llamó particularmente mi atención. Otras también lo hicieron pero ahora quiero comentar exclusivamente una. Y es la de la realización del test de Rorschach al paciente Rorschach (fotograma del film y dibujo del comic).
Hermann Rorschach (foto) creó el test que lleva su nombre y que consta de diez láminas (foto). En realidad, más que un test es un sicodiagnóstico y se utiliza para evaluar la personalidad y se ha dicho que es el más completo de todos, pudiéndose obtener pronósticos acertados y demás elementos.
Queda claro que nunca estudié sicología y no voy a seguir escribiendo sobre una materia en la que soy totalmente neófito. Pero para un novato como quien escribe, la escena mencionada resulta por demás atractiva.




El analista muestra a Rorschach tres de las diez láminas y por cada una de ellas, surge el oscuro, atormentado y terrible pasado del personaje, aparecen algunas de las causales que lo llevaron a convertirse en Rorschach. Pero él conoce el método. Y en primer término miente sobre lo que en realidad ve. Dice ver “una mariposa hermosa” en la primera, cuando en realidad ve un perro con la cabeza destrozada (por él mismo). En la segunda, “unas flores bonitas” en lugar de a su madre teniendo relaciones sexuales por dinero y que al verse sorprendida por su hijo, lo golpea y le dice que debería haber abortado. En la película se agregar una tercera, cuya respuesta es “nubes” y la realidad es la escena del ataque a los muchachos que lo agredían.
Reitero, me ha resultado muy interesante y he despertado el interés en varias personas que no vieron la película y a quienes le conté la escena (algunos sicólogos incluidos)
Espero despertar un poco de interés en ustedes.
Edgardo Salatino