miércoles, 15 de octubre de 2008

EL BB-DOR (capítulo IV)


La comida húngara puede ser una alternativa muy interesante si deseamos salir un poco de la rutina (igual no me quejo de la milanesa media caballo ni del bife de chorizo o las pastas). Días pasados, aprovechando el feriado largo (nota: Argentina es uno de los países que menos feriados tiene...copiemos lo bueno del primer mundo...vayamos por más feriados, o como dicen los españoles, "a por más puentes"), decía que aprovechando el feriado largo, tuve la oportunidad de probar en Bs. As. un sitio donde sirven exquisiteces de la cocina del mencionado país...Para empezar, arenque a la crema con cebollita y pepinos en vinagre...extraordinario (el arenque no es ni más ni menos que el hering que podemos degustar al paso en las pintorescas calles de Amsterdam, y también el nombre de una marca de indumentaria). De segundo, como no podía ser de otra manera, goulash de cerdo con spaetzle (para decirlo en criollo, es una especie de guiso de carne acompañado de minúsculos ñoquis). Y para finalizar, strudel de manzana con helado de canela (perfecta combinación). Todo convenientemente regado con un merlot joven, bien frutado, de bodega NQN, de Neuquén ( a la sazón, se dice que el mejor merlot argentino viene del sur)...

La verdad es que después de semejante festín de los sentidos yo diría, parafraseando al gran Héctor Alterio:

LA PUTA QUE VALE PENA ESTAR VIVO!!!!

Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino los hace felices (Alexander Fleming)

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