miércoles, 8 de octubre de 2008

El lujo es vulgaridad.

El lujo es vulgaridad, dice ese gran poeta urbano que se llama Carlos Solari y le dicen el Indio.
Ayer le di un gusto a Sofi y alquilé la película de Sex & the city. Debo confesar que vi la serie un par de veces con ella y me pareció entretenida. Cuatro mujeres de la alta sociedad neoyorquina cuyo mayor interes es la diversión. O algo así.
Fui de mirar algunas series de la tele yanqui, Seinfield, Los Simpons y Friends en distintos momentos. Me gustaba que muestren algunas caras incómodas del espejo al que todos querían parecerse, la sociedad de alto consumo norteamericana.
Pero volviendo a "Sex & the city", me quede sorprendido de la frivolidad de lo que muestran. ¿La gran cantidad de gente que la vio anhelara eso?. Lujo absoluto, limousines, ropa de las grandes marcas, restaurants top.
Algunas películas te dejan pensando días y otras te generan un vacío.
Hoy a la mañana cuando abrí los diarios y vi como seguía cayéndose el sistema financiero a pedazos, lo asocié con ese mundo de ficción. El CEO, jefe, del Banco Lemahn Brothers no tuvo verguenza de llevarse como sueldo 350 millones de dolares en un par de años luego de haber quebrado la entidad. Y así tantos otros.
Al mismo tiempo otros loros vernáculos siguen repitiendo su triste monologo neoliberal que se cae a pedazos. Se quedaron sin religión muchachos! Los Avila, los Cavallo, López Murphy y demás Chicago Boys van a tener que buscar otra iglesia donde ir los domingos. Y el padre Morales Sola seguro los acompañará.
Debería ser un buen momento para ver estas películas con derroche de suntuosidad sin ningún tipo de sostén y hacer una autocrítica de cuales fueron los espejos de nuestra sociedad en los últimos años.
*Por Inti Nahuel Pérez Aznar.-

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